La historia de “olvidos”, no solo es pasado

Esta semana tuvimos un feriado de esos que nadie sabe muy bien si lo es o no, para algunos no existe, para otros es un símbolo más de la haraganería de los empleados del estado que “cada vez que pueden no trabajan”. Para las familias un problema, porque ese día los chicos no tienen clases, y para los comerciantes una molestia porque no hay bancos ni tribunales. Así dadas las cosas ¿Cuál es la historia?

En principio es una historia de religiosidad. Porque hacia 1825 se realiza una votación en la plaza mayor de Paraná para elegir el patrono de la provincia. Es así que se adopta a San Miguel Arcángel. Realizada la votación, y de conformidad a la cantidad de adherentes, votos emitidos y cómputo general, se proclamó a San Miguel como el Patrono de la Provincia.  El cura a cargo escribe al Gobernador Sola diciendo que :

 “Habiendo esta Villa capital elegido patrono, es un deber costear esta fiesta, como lo hacen todos los pueblos…” por lo que a tal fin solicitaba una subvención anual de unos 50 pesos los que esperaba que perpetuamente se libraran al tiempo de la fiesta… [1]

¿Por qué San Miguel Arcángel? La razón tal vez haya sido una advocación que venía de la época de los Jesuitas en estas tierras, quienes explotaron la cal y el yeso de las barrancas del Paraná. Habiendo adquirido la principal estancia en la zona, a la que llamaron San Miguel y levantaron allí un oratorio. Es así que los habitantes, principalmente afro entrerrianos van convirtiéndose en devotos del San Miguel. En 1822 comienza la construcción de una capilla para que la comunidad pudiera asistir a misa los días de lluvia.

En 1851, a instancias de gestiones realizadas por Urquiza ante Su Santidad Pío IX, se publica la Bula papal que instruye a que su festividad sea el 29 de septiembre.

 Entre Ríos determinó en 1993, con el Decreto 4359/93 MGJE, que sería feriado cada 29 de septiembre en la provincia para la administración pública provincial y municipal, «siendo optativo para el comercio y la industria».

Pero el 29 de septiembre tuvo otro hito tan o más importante, porque fue en un día de festividad de San Miguel, en Corrientes, de 1820 cuando Francisco Ramírez dio a conocer el Reglamento Constitucional, origen de la llamada República de Entre Ríos. Un día después, en Rosario del Tala, se da proclama a dicho reglamento. En realidad, el concepto de “República” no era separatista ni soberana, intentaba ordenar, integrar y fortalecer el federalismo que por ese entonces los caudillos de las provincias buscaban, con una unidad político-administrativa, utilizando un término bastante difuso según las ideas de la época.

 Acéfalo el gobierno de Buenos Aires, luego de la derrota de la Batalla de Cepeda, Ramírez intenta una integración de Misiones, Corrientes y Entre Ríos. Territorios desarticulados y muy desorganizados políticamente.

“Misiones, por un lado, con la invasión permanente de Paraguay y Brasil que quería tomar lo que había quedado de las misiones guaraníticas. Corrientes estaba más formado. Y Entre Ríos era un conjunto de villas: por un lado, la costa del Paraná con lo que era la Bajada y por el otro la costa del Uruguay con la fuerza de Concepción del Uruguay. Eso fue la República de Entre Ríos”[2]

La República de Entre Ríos tuvo corta vida, solo hasta el 10 de julio de 1821, día en que fue asesinado Francisco Ramírez. El centralismo porteño no escatimaba esfuerzos para derrotar el federalismo y uno a uno los caudillos eran asesinados y expuestas sus cabezas como símbolo de poder. A veces pareciera que la historia argentina se repite una y otra vez, cambiando los personajes y los instrumentos, pero la metodología se le asemeja.

El escaso periodo que duro la república fue muy fructífero en cuanto a organización política. Se realizó el primer Censo de población, conociéndose así la procedencia de los habitantes, la cantidad de esclavos (aún los había y bastantes) y de aborígenes. También se publicó el primer periódico impreso de la argentina (fuera de Buenos Aires). Se realizó la elección, por parte de la población del Jefe Supremo, de la que resultó electo Ramírez; elecciones que, si bien eran incipientes y grandes las fallas, nos habla del interés por escuchar la voluntad del pueblo.

Se elaboró mucha reglamentación para la administración pública y tributaria, la economía y el ejército; se creó el poder judicial y el servicio de correos. Se determinó que se abra una escuela por departamento, gratuita y obligatoria (60 años antes que las escuelas sarmientinas) para “leer, escribir y contar”. Si bien la república como entidad política culminó con la muerte de Ramírez, la organización que en ella se desarrolló perduró por largos años en el territorio.

El federalismo es un sueño aún pendiente, pero si la ciudadanía desconoce su origen e importancia, si continuamos pensando que el “feriado” es solo para que la administración pública “no trabaje”, seguiremos declamando y reclamando aquello que desconocemos. Seguiremos pensando que el Estado es una carga para sus habitantes.

 Discursos instalados que parecen ocasionales y hasta de acervo popular, pero que tienen una raigambre profundamente intencional con el fin de producir no solo el “olvido” del pasado, sino la supervivencia de status quo vigente, basado en el centralismo porteño, ganador después del asesinato de Ramírez.

Una religiosidad construida con bases económicas y políticas, un patrono que surgió del voto popular y una República que no se pretendía separatista, sino federalista. Son contenidos culturales que todo entrerriano que se precie no debería desconocer.

 

Lic. Verónica López

Tekoá Cooperativa de Trabajo para la Educación

 

[1] https://catolicus.com/porque-san-miguel-arcangel-es-patrono-de-entre-rios/

[2] Pelayo, Graciela. https://www.elespejorevista.com.ar/que-fue-la-republica-de-entre-rios/

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