En marzo pasado el consumo de carne vacuna se ubicó en 47,7 kg. por habitante por año, lo que marca una caída interanual de 2,7% (-1,3 kg/hab/año), que se eleva al 12% cuando se contrasta con 2019.
Según el relevamiento del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), los precios tuvieron alzas significativas, del (+8,2%), en marzo de 2022, con respecto a febrero, en los puntos de venta que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto. En los puntos de venta que atienden al nivel socioeconómico medio, los precios de la carne vacuna mostraron subas algo más acotadas, que resultaron del (+7,8%); mientras que en aquellos que atienden al nivel socioeconómico bajo los precios se incrementaron de forma también significativa, (+9,7%).
Rubén Carricaberry, dueño de la carnicería La Hacienda, tiene animales propios, es mayorista y minorista, y aseguró que “marzo es el consumo más bajo históricamente, todos los años, y después durante el año se vuelve a estabilizar, pero la tendencia es a la baja”.
Según publicó Ámbito, el último pico de consumo de carne vacuna se registró en 2009 cuando los argentinos comían alrededor de 70,3 por habitante por año, 13 años después el consumo cayó nada menos que 22,6 kilos por habitante por año.
Consultado sobre el impacto en mostrador y las reacciones ante las subas de precios, Carricaberry dijo que “la gente ya tiene asumido que todas las semanas habrá algún aumento de algo”.
La respuesta al aumento de precios, según Carricaberry, radicaría en que “se achicaron los rodeos, hay menos ofrecimiento de hacienda gorda porque se consume cada vez animales más livianos y para ellos los insumos son demasiado caros”.
“En la semana, la gente busca cortes más baratos pero no se priva del asado del fin de semana”, contó.
“Un (1) Kg de asado de ternero está hoy en 1400 pesos, novillo en 1200 pesos, asado de exportación en 900. El que más se vende es el de ternera todavía porque la gente se acostumbró a comer carne tierna”, concluyó.