En la 14, una mujer llamada Roxana aseguró que no tenía decidido a quien votar hasta último momento. “Estaba difícil”, dijo. Si bien prefería a uno de los dos candidatos, se decidió por el otro a último momento. Se definió por quien garantiza la continuidad del proceso que vive el país en los últimos años en curso. “Quiero ver si no nos equivocamos”, dijo.
En cambio, otra mujer llamada Clara, de 32 años, dijo que votó con mucha ‘tranquilidad’. ¿Que fue lo que priorizó? “El cambio”, dijo. Sin explayarse demasiado, agregó que tiene que haber una “renovación” de la dirigencia actual.
Más adelante, otra votante, llamada Patricia, de 40, admitió que las cosas “no están muy bien”. No obstante, dejó en claro cual era su preocupación primordial en estos momentos. “Tenemos trabajo y eso es lo principal” señaló. La definición es clara.
En cambio, en la escuela 42, Moises, un votante de 43 años, vestido con bermuda y chomba blanca, sin titubear dijo que se decidió por “el cambio” ya que es “lo mejor”.
Otro hombre, de 47 años, de pantalón de vestir y camisa roja a cuadros, dudó mucho al momento de opinar pero lo hizo con contundencia para que no queden dudas de que opción eligió. “Hace 12 años que me tienen podrido”, dijo.
Dos mujeres mayores, una descendía las escaleras del ingreso a la escuela con bastón y otra la iba acompañando sosteniéndola, sostuvieron ambas con una sonrisa trasluciendo alegría, que habían ingresado al cuarto oscuro pensando que las cosas “están bien”. “Esperamos lo mejor”, dijeron alejándose lentamente por la vereda.