La Franja de Gaza se transformó en una cárcel destruída, sin agua y con riesgo de agravar la catastrofe humanitaria

Los números que marcan la huella más terrible están dados por los 220 palestinos muertos a manos del Ejército de Israel y sólo un israelí producto de la respuesta armada de Hamas, además de una cifra superior a los 1500 heridos.

Pero hay efectos que perdurarán afectando a los que lograron sobrevivir, al menos hasta el momento, a la incursión armada israelí: la destrucción material de viviendas, edificios varios e instalaciones de infraestructura indispensable para vivir.

Entre estas últimas se encuentra la destrucción de instalaciones de agua que dejaron sin ese vital líquido potable a más de 600 mil personas.

Así, normalidad significa ahora obtener agua corriente de ínfima calidad una hora cada dos días, y además de la factura del Gobierno, tener que pagar por servicios como los que proporciona un camión cisterna que hoy volvió a las calles tras diez días encerrado por miedo a cohetes y misiles.

La tregua humanitaria permitió hoy llenar los tanques de agua que están en algunos techos de las viviendas o los más pequeños que se usan para beber.

"Son 25 shekels (5 euros) y nos alcanza para unos cuatro días. Ahora podremos tener un poco de vida normal", explicó Samira a la agencia de noticias EFE sobre un bien común que los gazaties aprendieron a racionar hasta el extremo, sobre todo en tiempos de guerra.

"Los misiles israelíes dañaron muchos de los pozos, bombas de aguas residuales y líneas de suministro de agua. Los equipos de técnicos y trabajadores no pueden llegar hasta las zonas afectadas, en su mayoría próximas a la frontera con el país", explicó el director de la Autoridad de Aguas en Gaza, Monzer Shublaq.

Según datos de la Organización para la Liberación Palestina (OLP) a los que tuvo acceso Télam, de los 220 muertos 39 son niños, 24 mujeres y 11 ancianos, en tanto que de los 1530 heridos 422 son niños, 271 mujeres y 51 ancianos.

Las escuelas alcanzadas por los bombardeos fueron 79 y los barcos 32; 3 hospitales y 5 centros de salud quedaron parcialmente afectados; 3 mezquitas totalmente destruídas y 64 en forma parcial; en tanto 3 ministerios fueron severamente afectados y otros 5 demolidos por los ataques. 

Asimismo, ya son 1177 las casas y edificios completamente demolidos por los bombardeos y 13.550 las que sufrieron destrucción parcial.

Desde que comenzó operación militar de Israel "Filo Protector", más de 20.000 palestinos fueron desplazados de sus hogares
Según datos de la Cruz Roja Internacional, la semana y media de bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza agravaron una situación que ya estaba clasificada como de catástrofe humanitaria antes de que arrancara la ofensiva.

Junto a los miles de kilos de basura que se acumulan en las calles, los gazatíes deben eludir además decenas de riachuelos de agua servida que corren junto a las aceras en dirección al mar, o se estancan en los miles de socavones.

Soluciones como la decisión de desviar el flujo de las depuradoras estropeadas al mar, solo agravan los desafíos futuros.
De acuerdo con un informe de la ONU, de seguir así la situación, Gaza será un lugar inhabitable en 2020 ya que sus acuíferos freáticos estarán exhaustos y su costa envenenada esparcirá la contaminación a sus vecinos Israel y Egipto.

Así, con las fronteras selladas, encerrados por tierra, mar y aire por los intereses políticos de Egipto e Israel, es poca la esperanza que les queda a los gazatíes.

"Gaza no tiene solución, estamos atrapados", argumenta Rafiq, un funcionario que como otros miles de gazatíes se abalanzó hoy a los cajeros automáticos para tratar de lograr algo de dinero con el que poder almacenar agua, alimentos y nafta.

Alejado de la multitud, exhausto con su escaso botín, se sienta en una sombra, mira hacia los lados y al fin susurra: "No podemos salir por ningún sitio y dentro estamos esposados. A todos les interesa que vivamos como animales enjaulados", explica con la resignación marcada en la piel.

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