El 1º de junio del año pasado se cumplieron los 12 meses previstos para la construcción. “Se atrasó un poco al principio, decían que iban a tardar dos o tres meses. Después se paró la obra por unos problemas gremiales. Pero en realidad el problema grande era con el reconocimiento de los mayores costos que la empresa reclama permanentemente”, indicó Silva.
En tal sentido, el titular de la cooperadora aseguró que las autoridades no aprueban el reconocimiento “con la diligencia que deberían”. En tal sentido, recordó que en octubre pasado se reunieron con personal de la UEP ((Unidad Ejecutora Provincial) y con la empresa. En esa oportunidad, se estipuló como fecha tentativa de finalización el 31 de diciembre.
“Ahora en diciembre, viendo que la obra no se terminaba, tomé contacto con el contador (coordinador general de la UEP, Gustavo) Graglia y me dijo que la empresa estaba reclamando mayores costos y se lo iban a otorgar para que la empresa siga con la obra”, manifestó. En consecuencia, Graglia vaticinó que hasta marzo no iba a terminar la construcción.
Por ende, Silva transmitió la preocupación de los alumnos, docentes y directivos respecto de que van a tener que comenzar en las mismas condiciones en las que finalizaron el pasado ciclo lectivo. “Son lamentables, principalmente los tres cursos que van a la casita María Auxiliadora que si bien se le han hecho varios arreglos no reúne las condiciones como para dar clases”, señaló. En febrero, cuando comiencen las clases nuevamente, el anexo “va a ser un horno porque es techo de chapa”.
“Este año la directora los hizo rotar a los tres cursos para que sufran todos un poquito y no unos pocos sufran todo el sacrificio de estar en ese lugar que hay un solo baño, hay un techo de chapa, un aula de madera. Es decir, un lugar muy inhóspito”, detalló.
Más adelante, sostuvo que Graglia le explicó que el atraso se debe a que las autoridades nacionales son las que deben reconocer los mayores costos que demanda la empresa. Silva, de igual modo, le aclaró que desde la UEP se deben mover con mayor celeridad. “La preocupación nuestra es que la escuela se termine”, indicó.
Los padres van a esperar hasta los primeros días de febrero para ver como marcha la obra. No obstante, la empresa desaceleró el ritmo y la construcción marcha “muy despacito”. Trabajan dos o tres operarios y es “muy poco”. “Lo que falta ahí es mano de obra. No es un edificio de 10 pisos sino faltan terminaciones donde podrían trabajar 20 o 30 personas tranquilamente y si se quisiera terminar, se terminaría en 20 días”, señaló.
Sólo resta la colocación de placas del cielorraso, aberturas, rejas, la instalación eléctrica, pintar y algunas terminaciones. “A toda la escuela le falta un poquito”, indicó. “Esperemos que para el 28 de febrero, el día en que empiezan las clases, estar inaugurándola con el gobernador a la cabeza si la terminan. Si no sería lamentable que estemos iniciando el ciclo lectivo en las condiciones en que finalizó el año pasado”, acotó Silva.