La Filial Delta de Federación Agraria Argentina recordó el comunicado aprobado por el 97º Congreso de la entidad realizado entre el 24 y 25 de setiembre. “Hasta ese momento, pese a las declaraciones de los funcionarios, se negaba la importancia del evento, como lo demuestran las agresiones verbales vertidas por la intendente Toller el 13 de Octubre, solo 10 días antes de realizar la reunión que nos ocupa para con la información seriamente fundada que dábamos a conocer alertando sobre la necesidad de prepararse, situación ya conocida por los isleños”, señala la nota.
Los productores celebraron que la preocupación que tienen se torne relevante, y no dudan que es auspicioso que por una vez empiecen a trabajar antes de que llegue un evento de las características a las que el río los tiene regularmente acostumbrado. “Es por ello que ponemos nuestra experiencia y representatividad a disposición para minimizar los daños que puedan producirse”, mencionan.
Más adelante aseguraron que están sumamente atentos a las acciones concretas que en el futuro inmediato se lleven a cabo. Se estima en alrededor de 20 días la llegada de la punta de la crecida a la zona de islas. No obstante, hasta el momento, salvo las recomendaciones, “no hay medidas que signifiquen hechos concretos para los más de 4000 productores de hasta 50 cabezas, y no hemos tomado conocimiento de que estén previstas medidas que faciliten la movilización de ganado que es necesario hacer”.
En este sentido, declararon también nuestra profunda desazón ante la declaración de la intendente de que el Ejército no dispone de campos para los isleños porque los tiene afectados a la producción de soja. “Hacemos un llamado a la reflexión a las autoridades políticas en el sentido de que es difícil de admitir que las fuerzas armadas argentinas, que existen para la protección de vidas y bienes de los argentinos se encuentren en una situación como la que expresada”, indican en el comunicado.
Por último, caracterizaron como imprescindible que, tanto para una emergencia como para otros sectores o regiones de nuestro país, existan zonas de reserva o emergencia para actuar como refugio a fin de no dejar a miles de personas sin su capital mínimo de trabajo. En particular a los pequeños productores que no tienen otra opción sino que vender, “perdiendo el pequeño pero importante capital que representa disponer de animales adaptados a la zona y para ello es necesario que se adopten las decisiones conducentes”.