La fiesta inolvidable

La fiesta de 15 en la que se descompusieron tantas personas se hizo el sábado 21 en un salón de Zanni al final. Norma Acosta, la mamá de la quinceañera, piensa que fue la comida porque “fue mucha gente la que se descompuso”. Conjetura que hubo algunas fuentes contaminadas y otras no, porque hubo quienes comieron y no sufrieron ninguna molestia.
El doctor Mario Bevilacqua, director del San Roque, dijo que debido a la cantidad de gente afectada, el caso es investigado por el área de Epidemiología. Justamente, la mamá de la quinceañera terminó de llevar ayer al Hospital restos de la comida que se sirvió en la fiesta: se trata de bocaditos de atún y picadillo con mayonesa, y arrollado de pollo. La última palabra la tendrá Bromatología de la provincia, que va a analizar los alimentos a partir de hoy.
Lo que preocupa a los médicos es la rapidez con la que se dieron los síntomas en los invitados. Si fue la comida, comieron a las 23 y a la 1 del domingo ya había gente vomitando.
El primero en descomponerse fue un chico, que a la 1.30 empezó con vómitos. “Después fue Rita, después otra prima. Pasadas las 2 ya estaban vomitando o con diarrea tíos, primos, mi mamá. Mi tía sigue descompuesta todavía hoy (por ayer), aunque la largaron a las 8.30 —del domingo— del Hospital San Martín. Mi consuegra, que se fue a las 3, estuvo internada con suero desde las 4 hasta las 9 de la mañana. Ella es de Santa Fe y vomitó durante todo el camino”, contó Norma.
Rita es una menor de 13 años. El domingo a las 7 de la mañana llegó al hospital San Roque con vómitos, fuertes dolores abdominales y diarrea. La internaron y empezó a hacer sangre. Hasta ayer estaba en la sala 4 del Hospital y se quedaba hasta hoy, pero los médicos seguirán su evolución durante varios días.
Los padres de Rita informaron que las pruebas de laboratorio dieron escherichia coli, una bacteria que en los niños de menos de 15 años puede provocar graves complicaciones, entre ellas insuficiencia renal.
Ante el desastre, alrededor de las 3 de la madrugada, Norma llamó a la empresa de emergencias médicas que cubre el salón donde se hizo la fiesta. Hasta el sereno, que también había comido, se descompuso: “Se fue a las 5 de la mañana porque no daba más. Había dos mozos del servicio descompuestos también”, contó la señora. Con el recibo en la mano, Norma informó que “el servicio de lunch se llama Exquisiteces Pipí Cucú”, pero aclaró que todavía no le constaba que estuviera contaminada la comida. “Estoy esperando los informes de laboratorio”, dijo.
La mamá logró que la nena del cumpleaños no se diera cuenta de nada. “Para el cotillón, de la familia no quedaba nadie, había re poca gente. A la torta no la corté. Recién a las 8 de la mañana algunos chicos, de los contados que quedaban, me preguntaron por la torta. Con eso no había problema porque la hice y la decoré yo”, finalizó diciendo Norma, la mamá de la chica que festejó sus 15 años el sábado.

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