El documento denunciar la “sangría de pequeños y medianos productores que representan miles de familias que fueron expulsadas del sector, con todo lo que esto representa desde lo económico, social, cultural e histórico”.
Y además remarcaron que “no existen actividades que permitan una mínima rentabilidad, y que el cultivo estrella de esta década, la soja, dejó de ser rentable para el pequeño productor y arrendatario, por lo que se profundizan los problemas de endeudamiento y abandono de productores de la actividad”.
“Que las economías regionales y la lechería se encuentran sumidas en crisis recurrentes, con problemas de comercialización y rentabilidad, y las políticas públicas aplicadas en la actualidad”, indicaron.
“Que el aumento de la presión fiscal arrastra a los productores a tener que optar entre pagar sus impuestos o atender los gastos mínimos para mantener a su familia”, sostuvieron.
Los delegados presentes marcaron la necesidad de que el gobierno provincial “reconozca el fracaso de los emprendimientos empresarios del Frigorífico San José y Cotapa, y también su repudio a los actos de corrupción, que hoy tienen como vidriera las compensaciones de ATER”.
Por último, manifestaron que se los ha engañado “expresando voluntad política, para impulsar políticas diferenciadas para el pequeño y mediano productor, que hoy agoniza entre el exterminio o sobrevivir como un marginal del modelo económico”.
