Olivieri aseguró que es una decisión interna la prohibición de anotar los precios. “Son reglamentos de la compañía. Mi esposo simplemente lo que hace es cumplir con los reglamentos que tiene la compañía”, indicó. Incluso, aseguró que cuando su esposo concurre a otro local comercial a tomar nota de los valores, primero debe anunciarse ante el gerente.
“Yo lo que lamento es la señora que está cumpliendo una función y para mí la está haciendo muy mal, de mal informar sin haberse asegurado bien de con quien estaba tratando”, indicó. “Esto que ha dicho es una barbaridad”, expresó la mujer.
“Para mí, lo que está haciendo como servicio público, lo está desempeñando malísimamente mal. No puede hablar así siendo que tengo un hijo adoptado con una discapacidad”, indicó. A lo expresado, agregó: “y por humildes jamás porque nosotros también somos de condición humilde”.
Para Olivieri, Hernández fue “mandada” al supermercado. “Me da que pensar que esta persona que dice llamarse licenciada, con todo respeto, entendió muy mal o quiso entender muy mal, que es distinto”, mencionó. “Lo dudo porque no puede decir semejante barbaridad”, argumentó.
“Mi esposo tiene 11 años en la compañía y nunca vivimos eso. Hemos ayudado a los chicos discapacitados”, añadió. “No voy a parar hasta demostrar realmente quien es mi esposo. Eso lo pueden tener bien por seguro”, explicó Olivieri.