La esposa de Mujica habla de “monitoreo dentro de la planta de UPM” y se enfrenta a opositores uruguayos

La liberación de la ruta en Arroyo Verde, a la espera de que Uruguay acepte un monitoreo conjunto del impacto ambiental de la planta de celulosa de UPM, incluyendo el acceso argentino a los controles en la propia fábrica, algo que la presidente Cristina Fernández le solicitó al presidente José Mujica en la cumbre de Anchorena, el mes pasado, empieza a rendir frutos del otro lado del río.
Aunque los medios de aquel país reconocen que tal posibilidad no es fácil de digerir para los uruguayos, ya que mucha gente y varios grupos políticos se oponen, incluso dentro del propio Frente Amplio, el mensaje de la senadora y esposa del presidente Mujica es alentador.
“Yo me sumo a los razonamientos que hacía el canciller Almagro de que finalmente para vender la chuletita más chica vienen inspectores y nos revisan con lupa todas las plantas frigoríficas habidas y por haber. Que cuando viene alguien de la OEA o de la ONU mira todo lo que tiene que mirar. Esas son parte de las normas de convivencia mundiales y se puede enmarcar perfectamente en ese tipo de situaciones”, afirmó la senadora Lucía Topolansky en el programa En Perspectiva.
Referente a las declaraciones del senador nacionalista Luis Alberto Heber de que la idea es inaceptable pues implica ceder soberanía, Topolansky afirmó: “¿Qué contesta el senador Heber sobre la inspección de los frigoríficos? Habría que preguntarle”.
“El tema de la soberanía en un mundo que se globalizó y en un mundo que empieza a moverse por bloques, algo de soberanía todos los países rescinden en función de algo que al país le importa más”, agregó.
“El monitoreo se va a plantear en el contexto de monitorear todas las márgenes del río. Durante años y años Fray Bentos vertía toda la red cloacal de saneamiento sin tratamiento. Ahora lo hace con tratamiento a través de la planta de Botnia. Pero no es la única ciudad que está sobre el río y ese es un problema de contaminación que es más silencioso pero que existe. Nosotros tenemos que aprovechar la coyuntura de un monitoreo para hacerlo en forma total”, explicó.
Topolansky advirtió que se trata de controles que no son políticos. “Son controles técnicos. La Universidad de la República, las universidades argentinas tienen niveles científicos importantes como para hacer monitoreos serios y conjuntos”.
“Lo más importante es que al final del cuento lleguemos a un monitoreo total del río porque es un río importante en la región que recibe vertidos de redes sanitarias que tienen en sus orillas, recibe vertidos de residuos agrícolas, lavaderos de lana y otras industrias. Hay que ver cómo todo eso está monitoreado dentro de los estándares admisibles y cómo le cuidamos la vida al río en conjunto”.
“Hay que controlar la salud del río. Ya que vamos a controlar hagámoslo in totum, por eso también hablamos de Brasil”.
“El río nace en Brasil y pasa por tres países. Las aguas no piden permiso en las aduanas cuando cambian de países, las aguas siguen. Uruguay ha hecho monitoreos en el lado de Salto Grande que es bastante arriba de Botnia y allí hay residuos agrícolas. Si ahora logramos en conjunto mirar estos problemas –y esto es lo más importante– como indica la norma moderna de que el medio ambiente lo tenemos que cuidar de determinada manera, va a ser positivo para los tres países y va a ser positivo también en la relación porque va a quedar claro como es la salud del río”.

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