Almada explicó que no había ningún estudiante a esa hora. “Nos encontrábamos en asamblea 1318 convocada por el gremio que hicimos a partir de las 10 de la mañana”, indicó. La asamblea se llevaba a cabo en un aula del primer piso y cuando terminaban explotó literalmente un tomacorriente al mismo tiempo que un ventilador de techo y comenzaron a incendiarse.
El tomacorriente está a la altura de la cabeza de un alumno. “Si hubiese habido algún pibe sentado en ese banco, le hubiese ocurrido la explosión en la cara”, dijo la directora. Además recalcó que lo mismo le hubiese podido pasar a cualquiera de los docentes reunidos. Y añadió que si eso hubiese sucedido de noche, se prende fuego el aula debido a que los cielorrasos y ventanas son de material inflamable.
“Venimos reclamando las condiciones edilicias desde hace muchísimo tiempo y la verdad es que mucha respuestas no recibimos”, dijo Almada.
Hay proyectos diversos como la puesta en valor del edificio de la primaria o la construcción de uno nuevo para la secundaria en un terreno lindero. “pero respuesta concretas no tenemos. La comunidad educativa está bastante cansada de pelear y que en el medio nos pasen estas cosas”, acotó.
Los baños de la planta alta no tienen puertas. Durante la ola polar de la semana pasada pasaron frío los alumnos de un aula que tampoco tiene y al igual que otros que asisten a clases con ventanas que no tienen todos los vidrios sanos. Al mismo tiempo, Almada dijo que deben convivir 190 chicos de secundaria con 600 alumnos de primaria en el mismo edificio escolar. “Con todo lo que eso implica porque los espacios no son los adecuados”, indicó. Los alumnos tienen recreo en un pasillo.