Ese entendimiento, según señala la Cancillería rusa, está recogido en el respectivo acuerdo y en el certificado del usuario final, donde dice que los mencionados helicópteros «se deben entregar a la República Islámica de Afganistán –y a nadie más– para las necesidades de sus Fuerzas Armadas».
La Cancillería rusa comunicó que la embajada de Rusia en Washington «le pidió al Departamento de Estado de EEUU una detallada explicación por la entrega de los Mi-17 a Ucrania sin el conocimiento y el visto bueno del exportador (Rusia en este caso), lo que va en contra de la práctica diplomática establecida».
«Condenamos resueltamente semejantes acciones de EEUU que apartan la perspectiva de una rápida solución pacífica del conflicto en Ucrania. La responsabilidad por las consecuencias recae en Washington y en sus títeres en Kiev», apuntó el Ministerio de Exteriores ruso.