La ensalada medioambiental sale con reelección y con fritas

La lucha de Gualeguaychú que marcó el rumbo
La persistencia de la lucha de Gualeguaychú está marcando un antes y un después en la defensa del medioambiente que llevó a los políticos a adoptar posturas que hace sólo un par de años atrás eran impensables, la contundencia del reclamo llevó a nuestro gobernador con su olfato proselitista a montarse a la ola el año pasado, incluso a sobreactuar su apoyo que quedó off side cuando la desmesura de la consigna No a las Papeleras comenzó a quedar en evidencia. ´

El viraje del gobernador
Allí el mandatario debió recoger el hilo y comenzó a abonar la idea de una salida negociada y puso su eje en la demanda a La Haya, el retroceso fue tal que llegó a ofrecer su cargo para disminuir los niveles de tensión que se generaron con el vecino país y que aún persisten. Para no hablar del faltazo a la marcha del domingo argumentando que estaba organizando el acto del presidente Kirchner en Galeguaychú. Como lo calificó un legislador durante la marcha, nuestro gobernador es “un oportunista”, un pescador que recorre el espinel del humor social a la búsqueda de un rédito personal

La continuidad de la lucha del pueblo y la trampa político-partidaria
Pero la idea de esta nota no es hablar de quienes no estuvieron el domingo en la multitudinaria marcha sino de quienes si lo hicieron y sobre todo de quienes llevaron esto desde sus inicios para reivindicar su lucha y su idealismo, pero también apelar a su astucia para que ellos sean los verdaderos capitalizadores de este logro y no los miserables que están prestos a anotarse el poroto.
A veces el tan mentado “No a las papeleras” me remite no sin cierto escozor a aquel utópico “Que se vayan todos” que con su idealismo entusiasmó a todo un pueblo que poco tiempo después, cuando pasó la tormenta, estuvo de nuevo metido en su casa mirando por televisión a quienes no sólo no se habían ido sino que hacían pito catalán desde la pantalla.

Buscando la salida
Es la lucha medioambiental una tarea noble y más que necesaria que las generaciones jóvenes debemos afrontar sin duda alguna y de la cual el pueblo de Gualeguaychú quedará en la historia como uno de los pioneros en el país, sin embargo resta ahora pasar de esta lucha bajo esta consigna, que fue el motor, a una salida concreta del conflicto.
Sería un triste final que todos los esfuerzos del pueblo de Gualeguaychú fueran a parar a un acto político partidario en el Corsódromo de la ciudad donde saquen a relucir sus chapas los buitres de siempre vanagloriándose de estar pariendo en ese escenario la lucha medioambiental y lanzando como primera medida la implementación de la “reelección cantada” a los efectos de evitar la impresión de balotas en “sucio papel contaminante”.

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