La empresa que recolecta aceite usado aclaró que no tiene un punto de recolección en el ex Aserradero Blasco

En octubre del año pasado, la Municipalidad de Concordia rubricaba un convenio con la empresa de servicios de saneamiento DH-SH. Según la municipalidad, uno de los lugares de la campaña era el punto verde denominado «aserradero» ubicado en Av. Néstor Kirchner y Catamarca.

Pero Soso aclaró que tienen seis puntos verdes de recolección y ninguno en ese lugar. El más cercano está ubicado el Centro de Interpretación Ambiental, en Salta y Néstor Kirchner, a dos cuadras del basural. Los restantes están en la municipalidad, en Saneamiento Ambiental (Termina de ómnibus), en el Centro de Salud de La Bianca, otro en la academia de baile Center Dance (Alberdi 133) y en el Club Nébel.

 De igual modo, Soso lamentó el estado en el que se encuentra el lugar, “Lamentablemente la falta de educación y de compromiso de los vecinos que tiran la basura en cualquier lado. Es un poco el desafío que tenemos por delante: separar los residuos y empezar a hacernos responsables de lo que generamos”, añadió.

Daño al medio ambiente

Soso dijo que la gente debe dejar la botella de aceite usado en los contenedores ubicados en los lugares definidos y el recolector pasa cada tanto a buscarlas. Durante el tiempo que están allí, los elementos están bajo custodia de las personas que trabajan en esos lugares. Por ello, remarcó la reciprocidad del convenio; ellos se encargan del tratamiento de los aceites y la municipalidad de la custodia de los contenedores. Además, la empresa deja contenedores más grandes, de 20 litros, y cada tanto pasa a recoger los aceites en comercios que lo usan diariamente como cantinas, bares y restaurantes.

El gerente de relaciones institucionales sostuvo que un litro de aceite usado puede contaminar hasta 1.000 litros de agua y esa agua que se contamina no se recupera. Y añadió que estadísticamente cada persona utiliza 21 litros de aceite al año pero se recupera un porcentaje muy bajo. “Estamos en problemas”, admitió.

El aceite usado es entregado a empresas que generan biocombustibles de segunda generación como el biodiesel y a emprendedores que fabrican velas y jabones.

El procedimiento estipula llenar una botella de agua mineral con el aceite (solo se puede usar dos o tres veces, después está sucio) que sobra de freír papas o tortas fritas, empanadas o milanesas.

Además, dan charlas gratuitas en escuelas donde capacitan a directivos, docentes y alumnos con acciones de sensibilización.

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