miércoles 15 de octubre de 2025

-

Director: Claudio Gastaldi

RegistrarmeNewsletter
Filter by Categorías
Ambiente
América Latina
Colonia Ayuí
Concordia
Coronavirus
Covid-19
Derechos Humanos
Diamante
Dictadura
Dos Orillas
Economía
Educaciòn
El país
Federal
Información general
Informes Especiales
Iosper vs Femer
Judiciales
Juicio Político
Legisaltura
Legislativas
Ley de Etiquetado
Los Charrúas
Mundo
Municipios
Colonia Ayuí
Diamante
Estancia Grande
La Criolla
Los Charrúas
Puerto Yeruá
Nacionales
Opinión
Opinion
Opinion Guilermo Luciano
Opinión: Claudio Gastaldi
Opinión: Guillermo Luciano
Policiales
Política
Provincial
Puerto Yeruá
Salud
Sin categoría
Sociedad
Violencia Laboral

La doble vida de Veronesi

“Las inversiones que estamos haciendo hoy son importantes, pero a veces nos asustamos por la inseguridad jurídica que tiene este país. Cuando uno va a hacer una inversión de cuatro galpones de pollos de 150 metros de largo cada uno, en este país hay que pensarlo diez veces para dar el paso”, dijo el hombre que está investigado por evadir al fisco, durante una entrevista que le concedió a un medio entrerriano en septiembre de 2010.

De acuerdo a la Dirección Regional Entre Ríos de la AFIP, la investigación se inició hace seis meses y se concluyó que la evasión, realizada por la familia Varonesi, tenía una operatoria totalmente por fuera de ley: Agropecuaria Sur producían y le vendía insumos (arroz, trigo, maíz y soja) sin factura a Unión Cerealera, que a la vez comercializaba “en negro” con terceros arroz elaborado, alimento balanceado para mascotas y pollos parrilleros.
En los últimos años, Agropecuaria Sur habría declarado ventas muy superiores a las que Unión Cerealera declaró como compra a su proveedora.
Como si esto fuera poco, en las pesquisas ordenadas por el juez Federal de Concepción del Uruguay, Gustavo Pimentel, Agropecuaria Sur –la que siembra y cosecha granos– habría obtenido rindes en las cosechas de maíz extremadamente inferiores comparado con el promedio provincial.
Los cálculos preliminares infieren que el faltante de miles de toneladas fue trasladado o vendido sin documentación alguna, es decir que ni se declaró ni se cuenta como stockeado.
Del allanamiento surgieron datos bastante curiosos.
Cuando llegaron los inspectores, uno de los empleados arrojó un cuaderno por la ventana. Allí figuraban las cosechas no declaradas y las ventas reales. En las oficinas contables se halló además el boleto original de venta de un yate de mediana antigüedad por un valor cercano a los U$S 90 mil.
El problema es que la empresa había declarado ante el fisco la operación por un valor cuatro veces menor.
Asimismo, surgió información –que se empezará a investigar– de una compra reciente de una nueva embarcación por unos U$S 300 mil.
También se investigará la pista del comprador del primer barco y del vendedor del segundo.
Ante el nerviosismo lógico de los trabajadores ante la inspección por los manejos ilegales de sus patrones, una persona del personal de contaduría intentó esconder debajo del escritorio un papel, pero fue descubierto en el acto por un gendarme. ¿Qué tenía el papel? El detalle de un anticipo de distribución de utilidades entre los 4 o 5 accionistas principales, con abultados valores expresados en euros y en dólares, pero volcados al papel con absoluta informalidad.
En este sentido, la AFIP procederá a obligar el pago de impuestos sobre estos valores, pero por sobre todas las cosas contrastará las cifras con el balance de las ventas de ambas compañías.

Entradas relacionadas

Deja el primer comentario