La CTA apuesta a lograr la personería gremial con “la presión de los trabajadores en la calle”

“A nadie debería sorprenderle, compartimos la misma lucha para lograr que la voluntad de democracia y libertad sindical por la que pugnan muchos gremios sea respetada. En su esencia, tenemos la misma lucha para que se termine la imposición de un modelo sindical que lo que hace es negar la libre expresión de los trabajadores”, dijo Yasky.
“Creo que el Gobierno comete un gravísimo error. Pretende hacer pasar por el ojo de la cerradura de la relación que tiene con Moyano la resolución del pedido de los trabajadores del subte o de la misma CTA, que están sustentados en el fallo de la Corte y que fueron respaldados por la OIT. La Argentina es la única parte del planeta donde en nombre de la vigencia de una ley anacrónica se pretende mantener el esquema del unicato que en el mundo ya forma parte de la prehistoria del movimiento sindical”, agregó más adelante.
“La CTA va a mantener su autonomía. Creemos en un sindicalismo sin ataduras con los partidos, el Gobierno o el poder económico y vamos a seguir luchando para que se terminen las prácticas que pretenden imponer a los palazos un status quo para convertir al movimiento sindical en un engranaje que se maneja a control remoto desde las oficinas del Gobierno. Nosotros vamos a presentar un proyecto de ley que tiene como objetivo poner en la misma sintonía las reglas de juego del sindicalismo con lo que estableció la Corte. Y con la presión de los trabajadores en la calle vamos a conseguir lo que el ministro de Trabajo y el Gobierno nacional se niegan a garantizar”, señaló.
“Fracasó el intento de ponerle un dique artificial al movimiento sindical. Hoy la presión que existe para romper ese dique no se puede contener, del mismo modo que no se pudo contener la demanda de cambios en el terreno político”, añadió.
“La asignación por hijo ha sido un avance importantísimo y ahora vamos a pelear palmo a palmo por su aplicación. Pero es un anacronismo someter con patotas y cerrojos jurídicos la libertad que reclaman los trabajadores para participar de la lucha por la distribución de la riqueza. Esto marca una profunda contradicción e incoherencia del Gobierno, que habla de la distribución de la riqueza pero le ata la mano en la espalda a los trabajadores”, dijo por último.

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