Esto puede leerse en el diario antes mencionado. Y es revelador de una insoslayable realidad, pese a que, una vez más, se pretende subestimar a la docencia argentina. Y digo “docencia”, pues los docentes hemos tenido que ¿analizar y debatir? los diez ejes para una ¿Nueva? Ley de Educación, ya que las familias parecieran no contar en este proyecto. Precisamente, son hijos e hijas de padres y madres que integran la comunidad educativa quienes serán directos ¿beneficiarios? de este “magno” proyecto. Sin embargo a las familias no se las han consultado en forma seria y acabada.
Con lo vertido en este párrafo, más los conceptos de “El Espejo del Argentina y el Mundo”, ya tenemos puntas para empezar a desovillar y conformar así, más de un tomo.
En principio, el término “maquillaje”, que utiliza el diario mencionado, es el apropiado para calificar en forma certera. Si uno analiza la Ley Federal de Educación y los diez ejes propuestos para el debate de la Nueva Ley de Educación, caerá en la cuenta de que, en muchos puntos, es una vulgar copia textual. La concatenación de interrogantes que cabe es: ¿por qué no cumplir la Ley Federal de Educación antes de hacer una que es más de lo mismo?, ¿si se pretenden cambios radicales, por qué no se habla de derogar la antigua ley?, ¿qué garantía tenemos de que la Nueva Ley se va a cumplir si a la anterior se le hizo caso omiso? Preguntas y preguntas: ¿quiénes deben controlar que los gobernantes de turno cumplan las leyes? Menem con su Ley Federal de Educación, De La Rúa, Duhalde y ahora Kirchner, ninguno de ellos pareciera haber cumplido, en muchos aspectos o en algunos, con lo que el extenso texto propone.
Por tomar sólo un punto que todo el mundo conoce: “garantizar la obligatoriedad de la escolaridad hasta noveno año”. Quienes vivimos la escuela argentina, entrerriana, concordiense, somos mudos testigos de una realidad que nos atraviesa nuestro ser y nos inunda de impotencia: el desgranamiento escolar, precisamente, en el tan cuestionado EGB 3. No manejo estadísticas serias para ratificar la afirmación, pero sí mi experiencia como docente de octavo y noveno años: muchos y muchas no terminan la Educación General Básica. Y lo grave no es sólo que no tienen una etapa cumplida, sino que ahí se incumple un punto de la Ley y me pregunto dónde está el Estado que debe garantizar la finalización de esa etapa escolar.
Ahora, en esta pretendida Nueva Ley se quiere llevar la obligatoriedad hasta la secundaria incluida. Señores Iluminados que pretenden esta Nueva Ley: ¿Qué docente, qué familia no va a querer obligatoriedad hasta la secundaria? Eso no se debate. Tampoco se debate si las comunidades aborígenes deben ser o no respetadas en su lengua y cultura originales. No se debate si las condiciones de trabajo deben ser dignas para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En cambio sí se discute (y hasta algunos nos resistimos), por ejemplo, que empresarios de toda índole sean convocados a participar. ¿Para qué, por qué? Es suspicaz. Nos resistimos, también, a esa poco clara figura del “monitor” escolar. “Monitor”. Todos sabemos que un monitor sirve para controlar. ¿Docente a docente se ejercerá el control? ¿Un compañero controlará a otro compañero en cuanto a desempeño y crecimiento? ¿El monitor ganará más que el resto de los docentes? Sé que esto es muy específico y habría que leer el texto, pero los invito a que lo hagan. Encontraremos cuestiones “interesantes”, suspicaces y subliminales, diría.
En síntesis: lo que la Nueva Ley propone, en muchos aspectos, claro (en otros es evidente que no) es lo que desde hace años los docentes venimos no ya pidiendo, sino implorando: condiciones dignas de trabajo, que incluya no sólo la cuestión salarial, sino lo que denominamos recursos materiales, económicos y humanos; ni hablar de formar ciudadanos críticos capaces de transformar la realidad en la que vivimos y todo aquello que es imperiosamente necesario para construir un país en serio.
Las macros preguntas son: ¿CÓMO SE VA A IMPLEMENTAR ESTA NUEVA LEY? ¿HAY DINERO? ¿Y SI NO LO HAY, DE DÓNDE SALDRÁN ESOS RECURSOS ECONÓMICOS? Ni hablar de otras que nos rondan en la cabeza a los docentes: ¿POR QUÉ NOS HAN PROPUESTO EJES? ¿ES SÓLO ESO LO QUE HAY QUE ANALIZAR Y DEBATIR? En ningún momento se habla, no sólo de dónde saldrá el dinero ni cómo se implementará esa ley, sino que nada se dice de discutir la currícula y si la actual estructura permanecerá o caducará.
¿Cuándo tenemos elecciones? Ah… sí, perdón… en el 2007. Olvidaba que estamos ya en el 2006 y que Néstor K., señora y compañía pretender continuar cuatro años más para cambiar esta realidad.
Que no se preocupen, pues si la Nueva Ley de Educación surge, es ley y debe ser cumplida por quien venga, sea del color político que sea.
Una curiosidad más: en “El Espejo de Argentina y el Mundo” se dice que fueron invitados a la presentación de esta pretendida Nueva Ley Susana Decibe, ex Ministra de Educación del gobierno de Menem; Juan Llach, ex Ministro de Educación de De La Rúa; el empresario Luis Pagani (ARCOR); Mario Vicens (de la Asociación de Bancos); el sindicalista de camioneros, Hugo Moyano; el sindicalista docente, Hugo Yasky, que avala un básico de tan sólo $ 414; el gobernador de Salta, Romero, quien hace un año reprimió brutalmente a los docentes de su provincia cuando reclamaban un aumento salarial.
Llamativo, ¿no? De aquí que nos apropiemos del calificativo “maquillaje”.
Finalmente, algo que no se puede dejar de lado: en qué contexto de país se inserta esta pretendida Nueva Ley de Educación. ¿Tenemos un proyecto de país, de identidad nacional como para adecuar esta Nueva Ley que ayude a la construcción de una sociedad más justa y prepare a quienes van a tomar la posta de la Nación para transformar la realidad en la que vivimos? Es para pensar, ¿no?
*Docente. Profesor de Lengua en las escuelas López Jordán y CREAR