La Cooperativa Eléctrica regularizó 9.000 conexiones clandestinas en la última década

¿Cuál ese esa aproximación? "Es un dato que manejamos para el conocimiento del balance y para cualquier otro procedimiento en función de los porcentajes. Si vemos que disminuimos el porcentaje de pérdida en red, quiere decir que vamos bien", respondió Gotfried.

Además el titular del Concejo dijo que el número exacto es "muy variable". En tal sentido, hizo referencia a que, en ocasiones, regularizan un barrio y no vuelven a engancharse. En otras no y hay vecinos que vuelven a colgarse de la luz.

Más adelante, Gotfried mencionó que hay una o dos cuadrillas que hacen procedimientos sobre ciertos lugares como una calle completa o una parte de un barrio debido a que tienen conocimientos de que hay vecinos que hurtan energía. "Entramos, hacemos un relevamiento de la zona para controlar", dijo.

Además explicó que las instalaciones nuevas se establecen a mayor altura con cables preensamblados que dificulta mucho las conexiones clandestinas. "Eso no quiere decir que no haya o que no se pueda", dijo. Y destacó que merced a eso pudieron disminuir la pérdida en red.

El responsable de la Cooperativa no quiso dejar pasar la oportunidad para llamar la atención de quienes están en mejor situación económica pero se cuelgan a la red haciendo "toda clase de tropelías para lograrlo". En esos casos aplican multas para erradicarlos.

"El problema de los enganchados se remite a la proliferación de nuevos asentamientos", dijo el gerente comercial de la Cooperativa Eléctrica, Federico Schatenhoffer. "El número total ha disminuido. Hace como 10 años que comenzó con una campaña de inclusión en el sistema de muchos barrios para lo cual se hicieron obras importantes", indicó.

Según detalló, en 2004 había 30.000 usuarios residenciales. Once años más tarde la cifra aumentó a 46.384. Por planes de regularización se realizaron 9.000 conexiones y la diferencia corresponde al crecimiento vegetativo de la población

Las obras fueron encaradas por la Cooperativa Eléctrica, otras por la municipalidad y otras en conjunto entre ambas instituciones. También intervino la Secretaria de Energía de la Provincia. Esas obras permitieron regularizar el servicio eléctrico a una numerosa cantidad de barrios permitiendo la inclusión de "cientos y cientos de conexiones". Cerca de 30 barrios fueron incorporados a la red eléctrica. La mayoría en la zona noroeste.

De esa forma, se logró reducir la pérdida de energía que registraba la Cooperativa. De un 31 % en el que se situó en algún momento descendió al 15 %. Ese porcentaje no es consumido exclusivamente por los "enganchados" sino que hay un 11 % de pérdida técnica. El 4 % restante sí es producto de los hurtos. "La idea es acercarnos a la pérdida técnica", aclaró el ingeniero.

El "circulo virtuoso" de obras y registro de nuevos usuarios se prolongó hasta hace dos años y allí se frenó por la falta de fondos. "Ahí se produce un 'amesetamiento'", señaló. Pero los asentamientos siguieron apareciendo. "Y no se están pudiendo hacer las inversiones que hacen falta para incorporarlos al sistema", precisó.

Casi todos están ubicados en la zona noroeste pero también en otros lugares como en la Pampa Soler, camino a la Tortuga Alegre, o el barrio Intendente Larocca ubicado en Boulevard Yuquerí al fondo. "Hemos visto algunos; no sabemos si van a proliferar pero sabemos como es la dinámica de los vecinos de instalarse, lotear, subdividir por sus propios medios y luego requerir los servicios", indicó.

Schatenhoffer dijo que actualmente están esperando que se ejecute el decreto Nº 516 del Ministerio de la Nación que tiene previsto fondos para este tipo de infraestructura. O sea, el tendido de red eléctrica para regularizar barrios carenciados. Desde la Cooperativa ya hicieron la solicitud a la municipalidad y están a la espera de la respuesta para avanzar.

Las inversiones no son menores debido a que se no alcanza con extender las redes de baja tensión sino que deben instalarse subestaciones de media tensión para llegar con un nivel adecuado de potencia eléctrica. "Esas obras son caras", aclaró. Y la Cooperativa no las puede encarar con lo que recauda con la tarifa.

En el contrato de concesión, los solicitantes son quienes deben solventar las obras importantes. Pero como en estos casos no se pueden hacer cargo, la Secretaría de Energía y la municipalidad acuden en su ayuda. "Y la Cooperativa en la medida de sus posibilidades", dijo. "El beneficio es para todos: una persona que ingresa al sistema empieza a pagar impuestos tanto provinciales como municipales y entramos en ese círculo virtuoso que les sirve  a todos", dijo.

El gerente comercial aclaró que el consumo de los "enganchados" no es solventado por los vecinos que están conectados legalmente a la red. En ese sentido, sostuvo que el consumo es individual determinado por una tarifa. La pérdida la sufre la Cooperativa. Pero si aclaró que se trata de energía de mala calidad e insegura que puede provocar accidentes de alto riesgo a quienes la utilicen. Además expresó que en la actualidad la energía es un bien indispensable y no un bien económico como antes. "El que podía la tenía y el que no, no. Hoy ese paradigma ya ha cambiado y se considera un bien esencial", mencionó.

Por otra parte, Schatenhoffer señaló que la red eléctrica ha mejorado las condiciones de seguridad al colocarse a una mayor altura o debido a mejoras tecnológicas. Pero no se elimina totalmente los riesgos debido a que "siempre hay alguien que lo puede hacer". Cuando se encuentra el punto de conexión a la red, todos los cables del asentamiento se dirigen hacia allí.   

Medidores para todos

Ángel Bejarano es el presidente de la comisión vecinal del barrio Leoncio de Luque, ubicado al norte de las vías, entre avenida Eva Perón, Tavella y calle 11 de Noviembre. Dentro del mismo se encuentra el asentamiento Las Moras, entre calles Laprida, Tavella y Doctor Sauré. Desde que Bejarano nació, hace 52 años, existe el asentamiento. Allí viven entre 60 y 80 familias en viviendas precarias de madera. "Algunos han hecho algunas piecitas de material", indicó.

Bejarano sostuvo que en el asentamiento falta iluminación en algunas calles -por ejemplo desde el hipermercado hasta avenida Tavella-, abrir otras, desmalezar algunos terrenos, extender la red de agua debido a muchos están "enganchados con mangueritas" por lo tanto no tienen instalación adecuada ni canillas, tampoco tienen cloacas y fundamentalmente se debe regularizar la situación de las familias que están enganchadas a la energía eléctrica.

El vecinalista explicó que los vecinos cuando prenden un lavarropas corren riesgos de "quedar pegados". Una sola conexión alimenta de forma irregular varias viviendas. "Es que los cables son muy finos", indicó.

En el asentamiento hay necesidades no sólo de servicios básicos sino de todo tipo. Uno de los vecinos atraviesa un cuadro complicado de salud y los vecinos procuran obtener una silla de ruedas para que pueda sentirse un poco mejor. "Tiene un problema en la sangre y está perdiendo peso. No se puede mantener parado y entonces tratamos de conseguirle una silla de ruedas para que salga a la calle para que levante un poco el ánimo, que vea a la gente del barrio", manifestó Bejarano.

Por otra parte, el vecino señaló que ya han hecho las presentaciones a la Cooperativa Eléctrica y a la municipalidad. "Y así te tienen, de la municipalidad a la Cooperativa y de la Cooperativa a la municipalidad. Hasta ahora estamos luchando", señaló.

Sergio Viera es presidente de la Mesa de Trabajo del barrio Los Pájaros, ubicado en la zona noroeste, donde vive una treintena de familias desde hace un año. Vinieron de otras zonas -cercanas al río como Carretera La Cruz, Cancha las Heras, María Goretti y Nébel- en  épocas de inundaciones. Sostuvo que hace un mes no tenía agua, cloacas ni luz. "No tenía nada", dijo. Luego de trabajar en forma mancomunada con el municipio, se colocó agua, cloacas y alumbrado público. Pero no en todo el barrio, hay tres manzanas que siguen igual: sin agua, cloacas y viven en calles oscuras. "Es una boca de lobo", indicó.

En esa zona las familias tienen energía eléctrica a pesar de que carecen del medidor de luz. "Estamos enganchados a la luz pero no tenemos medidor. Las bajadas están bien hechas pero no tenemos medidor", reiteró. Viera sostuvo que hay un convenio firmado entre la municipalidad y la Cooperativa que permite a los vecinos pagar la bajada de luz pero no el costo del medidor. El vecinalista dijo que cada medidor cuesta $ 1.400 aproximadamente.

Los vecinos quieren que se instalen los medidores. Entre otros motivos, porque se producen bajadas de tensión que ha provocado años a los electrodomésticos. "Acá ya se le ha quemado la heladera, el televisor. Por ahí se te corta de golpe, sube de golpe. No es lo mismo que cuando tenés un pilar: se maneja de otra forma", señaló. También está la cuestión de la seguridad. Hay viviendas que cuentan con llave térmica y otras que no y en esos casos las instalaciones son "muy precarias".

Además, Viera trabaja para conseguir el programa de garrafas sociales. Por el otro, ayudando para que los vecinos que no tiene recursos indocumentados puedan hacerse de los DNI en forma gratuita. Y también gestionando la autoconstrucción de casas de material debido a que todas las casillas son de madera. "Hay una parte del barrio que está mal y es la que más me duele. Hay gente con muchas necesidades. Hay una casita de 5 x 4 con una madre con cinco hijos, no tienen cloacas, agua", etc. Esta visto que en esos lugares hay múltiples necesidades y la luz es una de tantas otras.

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