La edil entiende que el sistema de recaudación actual resulta en la práctica obligatorio, toda vez que si el consumidor omite abonar dicho talón, el importe impago se acumula y puede dar lugar a la suspensión del suministro además del cobro judicial, lo que aloja a dicha operación en un lugar alejado de la liberalidad-donación o colaboración voluntaria, acercándolo a lo coercitivo y punitivo, y por ende desnaturalizando la esencia de lo que debería ser ese aporte.
Mazaira sostiene para fundar la competencia del concejo deliberante que resulta a todas luces evidente el interés de los representantes de esta comunidad en coadyuvar con las labores de quienes deben tutelar los derechos de los más desposeídos y de los consumidores que constituyen el extremo más vulnerable de la relación con la empresa.
La concejal argumenta que en el actual régimen para el supuesto que el usuario quisiera dejar de aportar a la biblioteca debe hacer un trámite de desafectación en la misma, lo que se torna engorroso inaplicable en la práctica, máxime a volúmenes populares correspondiendo, a partir de la presente iniciativa, invertir la actividad y que sea el usuario que quiera colaborar con la biblioteca quien lo haga saber y se inscriba en un registro de aportantes, ya que entiende que sería más justo y se compadecería con la naturaleza de un aporte voluntario.-
Por otra parte, profundiza Mazaira " teniendo en cuenta la enorme cantidad de socios activos que tiene la Cooperativa – en el orden de los 45.000- a todos los cuales se les requiere “un aporte” los que sumados implican un importante monto mensual, habría que analizar si efectivamente la biblioteca utiliza semejante cantidad y si efectivamente la necesita o si parte de dicho monto se destina a otros fines".