Esta vez celebrarán el comienzo del año 5776, según su calendario. Se trata de una especie de gran cumpleaños del universo y la conmemoración -entre otros acontecimientos- de la primera pareja humana. Si bien esta fiesta -que se celebra con dos reuniones familiares- tiene varios nombres, el más conocido es Rosh Hashaná, que significa "cabeza de año".
En este tiempo, los judíos se congregan en la sinagoga para los rezos matutinos y vespertinos. El presidente del Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí, Mario Cohen, dice que en Rosh Hashaná "debe nacer un ser humano renovado, pero a imagen y semejanza del Creador, a la manera de cómo pasó en la Creación".
Entre sus tradiciones cuenta con el toque matutino del shofar, un cuerno de carnero utilizado como instrumento de viento (trompeta) cuyo sonido es penetrante y conmovedor. Y es interpretado por los maestros del Talmud como un despertador del alma que incentiva al arrepentimiento por los errores cometidos durante el año y motiva a solicitar el perdón.
El rabino Daniel Goldman, de la Comunidad Bet El, subraya que en estos diez días "Dios juzga su creación para darle más vida en el nuevo año. A estos días de introspección y balance se añaden plegarias para que nuestra existencia sea próspera y significativa y pedidos al Eterno para que en su juicio nos recuerde con benevolencia".
A su vez, Cohen afirma que estas festividades están para recuperar la condición humana. El mundo puede ser mejor, y para ello, debemos ajustar nuestro obrar a los principios éticos con nuestros semejantes. Estas fechas -señala- tienen el fin de reconciliarnos con el Todopoderoso y con los demás seres humanos, simultáneamente".