El CEC desde hace décadas que cuenta con la colonia de vacaciones en la costanera. Desde hace algunos años han comenzado a remodelarla con la construcción de quinchos, una pileta al aire libre, la remodelación e incremento de los salones existentes llevándolos a cinco disponibles para los afiliados de dimensiones variadas como 150, 200 y 250 personas además de otros más chicos, la construcción de un restaurante-parador con 80 mesas y otro salón de mayores dimensiones.
Todo ello contrasta con la escasez de infraestructura a su alrededor. Desde la remodelación de la costanera, la mayoría de las instalaciones existentes en la costanera sur han desaparecido. Entre otras razones, por las incesantes inundaciones. “Es la única institución, más allá de que alguna hace algo, en obras somos los únicos en ese sector de la costanera. Para nosotros es un patrimonio de los empleados de comercio y los conservamos más allá de todo lo que tenemos que sufrir con respecto a las inundaciones”, argumentó.
“Ahora que estaba en su etapa final, con toda la pintura nos toma de vuelta el agua, ojala que el agua se retire lo antes posible porque sino nos va a llevar más recursos que los que tendríamos que poner al momento si el agua sube”, manifestó el gremialista. De hecho, tenían previsto inaugurar a fin de año el salón que está al sur de la calle que desciende hacia la playa Los Sauces. “Ahora habrá que hacer otros gastos y va a demorar un poco más la terminación de todo esto”, indicó.
En tal sentido, cada vez que se anegan las instalaciones, además de limpiar y desinfectar todo, se deben rasquetear las paredes de los salones, dejar que se sequen y luego volver a pintarlas. “Además se rompen cosas, se rompen vidrios, así que hay que reponer todo eso y eso nos trae gastos que no son pocos”, manifestó.
“Todo esto implica todo lo que es la pintura, la parte eléctrica. Hay que volver a recomponer todo eso que requiere de más recursos porque es bastante lo que se pone para reparar todo esto”, indicó.
La última creciente grande fue la de diciembre de 2015. “Fue devastadora”, dijo. En cambio, las siguientes no fueron de semejante magnitud por lo que no generaron demasiados perjuicios.
Simonetti indicó que hasta el momento, aún no recibieron ningún aporte, de parte de las autoridades por los daños. “Nunca hemos tenido respuestas. Jamás. Lo que ponemos ahí son recursos de la institución”, dijo.
“Lo habíamos puesto muy bien al complejo y todo esto nos retrasa. Y aparte son gastos que no teníamos pensado”, dijo.