La CODESAL dio detalles de lo que se pagó, lo que se recaudó y cómo se hizo el raleo en los primeros lotes del Perilago

“Estos trabajos no tienen un propósito económico sino ambiental y de prevención de incendios forestales en la zona del Perilago. Pero hay una consecuencia económica porque esos árboles que se extraen tienen valor en el mercado. Nuestra preocupación era cumplir con los informes ambientales que indicaban un alto riesgo de incendios y que nos instaban a comenzar con los trabajos. Pero, a sabiendas que la madera extraída tiene un valor comercial, lo más correcto nos pareció implementar la tabla que define el INTA para los precios forestales”, explicó José Luis Rodriguez, presidente de la Corporación para el Desarrollo de Salto Grande (CODESAL) a DIARIOJUNIO.

Los números oficiales presentados por la CODESAL explican que al primer LOTE  (Referido a Concurso Nº 980-2020- 102101) se le realizó un raleo de dos etapas: primero la limpieza de renovables y material fino y luego bajar la densidad de plantas en un 30/35%.

Según lo informado, la primera zona raleada es “un lote originalmente de Pino Elliotis puro que con el tiempo fueron prosperando algunos eucaliptus. Tiene un bajo con un pequeño monte nativo donde se tuvo especial cuidado para no lastimarlo con las tareas forestales. Consta de una superficie de 7,8 has. de las que se retiró un total de 791 toneladas de madera aserrable y un total de 12.4 toneladas de madera no aserrable. 320 rodrigones de 2m y 11 tijeras por 6 m.»

La segunda zona raleada, de acuerdo a lo informado, es un lote originalmente de eucalipto puro. Su superficie es de 4,7 has y de ahí “se retiró un total de 1.082 toneladas de madera aserrable, un total de 200 toneladas de madera no aserrable, 50 tijeras de 6m y 150 rodrigones de 2,5m.”

También en este Lote se realizó un raleo de 2 etapas: primero la limpieza de renovales y material fino y bajar densidad de plantas en un 30/35 %.

Según explicaron a DIARIOJUNIO, la empresa a la que se le asignó el trabajo, Giorgio Hermanos, fue la que mejor oferta presentó, presupuestando 9200 pesos por hectárea a ralear.

La misma firma fue la que compró la madera extraída.  De acuerdo a los contratos celebrados, la empresa encargada del trabajo de raleo tenía la posibilidad de comprar de acuerdo a los valores del momento calculados por el INTA y que, según los números presentados por CODESAL, alcanzaron una recaudación de 2.219.665,5 pesos que fueron depositados en la cuenta que la corporación tiene en el Banco de Entre Ríos S.A.

https://inta.gob.ar/sites/default/files/inta_concordia_planilla_de_precios_forestales_junio_2020_0.pdf

https://inta.gob.ar/sites/default/files/inta_concordia_planilla_de_precios_forestales_diciembre_2020.pdf

Según pudo averiguar este medio, hoy el valor de la madera extraída oscila entre los 3.5 y 4 millones de pesos. Esta cifra se desprende de multiplicar los datos brindados por la misma CODESAL y las estimaciones de empresarios de la madera sobre los precios que se manejan hoy en el mercado.

Los precios en pie de los árboles que fueron retirados, es decir sin elaborar, lo que le queda en limpio al productor forestal (el dueño de una forestación) tienen los siguientes valores actuales en el mercado:

Eucalipto:

Tonelada Eucalipto aserrable $ 2.000

Tonelada Eucalipto No aserrable $ 500

Tijeras x metro lineal $ 40

Rodrigón x unidad $ 20

Pino:

Tonelada Pino aserrable $ 1.500

Tonelada Pino no aserrable $ 300

Según explicaron, la madera del Lago de Salto Grande, por su calidad, cercanía y accesibilidad puede tener un plus en su valor de hasta un 20 por ciento.

“Eso vale tanto por la calidad, como por la cercanía y la accesibilidad”, explicó un conocido empresario local ligado al rubro maderero.

Respecto a este tema puntual, desde CODESAL informaron que “Los troncos se van vendiendo a un valor de referencia que no puede ser inferior a la tabla del INTA y para su venta se aplicaron los valores del momento a la firma de los contratos.”

Algunos de los empresarios de la madera consultados por DIARIOJUNIO, se quejaron de no haber sido anoticiados de la posibilidad de presentarse a concursar para esos trabajos de raleo en el Perilago.

“De los montes donde nosotros sacamos la madera, el camión nos cobra 400 pesos por tonelada, Desde un lugar accesible como el lago, el flete puede bajar a 250 pesos por tonelada. Además que necesitas mucha menos mano de obra. Cortás el árbol y prácticamente está cayendo encima del camión”, explicó uno de los consultados, dueño de un aserradero.

“Yo voy y se los saco sin cobrar si tengo la posibilidad de comprar la madera. Sacas 200 pies de madera aserrada por cada tonelada de viga (tronco). En el aserradero nuestro al pie lo vendemos a 35 pesos por un camión y a 45 pesos al público. Sacas alrededor de 8500 pesos promedio por cada tonelada de viga que pagamos entre 2,200 y 2400 pesos como muy cara. Unos 6000 de ganancia por tonelada para redondear”, detalló otros de los consultados.

Desde la CODESAL se explicó que para la primera etapa se convocaron a tres empresas dedicadas al rubro; en tanto que para la segunda etapa se invitó a 5 para que hagan sus ofertas. También aseguraron que las puertas de la corporación están abiertas para escuchar y evaluar los presupuestos de todos aquellos que estén en condiciones y tengan la maquinaria adecuada para realizar los trabajos de raleo, además de la condición “sine quo non” de tener todos los papeles en regla, empleados inscriptos y libre deuda con el estado provincial.

La Corporación explicó que se evaluó que la metodología más ágil para acelerar los trabajos demandados por la Secretaria de Ambiente de la Provincia de Entre Ríos era hacerlo por convocatorias y no por licitaciones, ya que se hubieran demorado aún más los trabajos del Plan de Manejo del Fuego y la restauración ambiental que llevan adelante y tenían carácter de urgentes.

En primer lugar, el trabajo realizado sobre dos lotes tiene por objetivo minimizar las posibilidades de incendios forestales con limpieza y reducción de densidad. En segundo lugar, explicaron, estos trabajos permiten mejores condiciones para poder realizar un proceso de recuperación ambiental, siendo la principal acción la reforestación de nativas y translocación de plantas que encuentran allí mejores posibilidades de desarrollarse.

También explicaron que las razones para el desmonte son justificables dado que esa enorme cantidad de árboles no nativos pueden ser foco de peligrosos incendios en una zona a la que, en sus mejores fines de semana y durante la temporada veraniega, concurren miles de visitantes y en cuyo acceso y salida suele hacerse un cuello de botella.

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