El triunvirato que conforman la CTEP, CCC y Barrios de Pie, también garantizó su apoyo y movilizará a sus adherentes. Este sector reclama la emergencia alimentaria e incluso hoy tenía previsto una reunión con funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social. Con estos nuevos apoyos, en la CGT se espera reunir el martes a unas 250.000 personas.
Para evitar que se repitan los incidentes de la marcha del 7 de marzo, la CGT reforzó la seguridad para el martes y ubicará el escenario de manera estratégica para evitar "ataques por la retaguardia", como el que le adjudican a la izquierda sindical y a infiltrados kirchneristas. Ese día, una movilización a la Secretaría de Comercio terminó en incidentes porque los jefes de la CGT dilataron la fecha de lo que luego fue el primer paro nacional contra el Gobierno. Hubo silbidos, abucheos y agresiones. El temor a que se repita la violenta tarde del "poné la fecha, la puta que te parió" está latente.
El escenario esta vez se ubicará de espaldas a la Casa Rosada, a la altura donde se ubica el asentamiento de los ex combatientes de Malvinas. Por el momento, habrá un solo orador: Schmid. El dirigente portuario se siente fortalecido tras la ratificación de la protesta y torcer la posición de "los Gordos" (grandes gremios de servicios), que pretendían bajar la protesta y mantener un perfil más moderado en su vínculo con el Gobierno.
En la hoja de ruta de la CGT está previsto convocar para el 12 o 14 de septiembre un comité central confederal (el órgano resolutivo) para "profundizar el plan de lucha", según advirtió Schmid a La Nación. De esa cumbre, que será una suerte de cabildo abierto sindical con representantes de todas las regionales cegetista, podría surgir la fecha del segundo paro nacional contra la gestión de Mauricio Macri. Ese debate, sin embargo, no está hoy maduro.