La cárcel UP3 de Concordia, data del siglo XIX y alberga a más del doble de su capacidad

DATOS QUE OBLIGAN A PENSAR DE OTRO MODO

El caso del asesino de Mariela Costen, en el que se conoció que el juez de Garantía Eduardo Degano, benefició con la prisión domiciliaria al homicida, Jacobo Almada, desató una ola de críticas y el debate sobre la razón de tal medida. Así, en estos días y debido a la coincidencia de que el fiscal no atinó a cuestionar (apelación) la medida, comenzó a correr la increíble versión de que nadie del Poder Judicial dijo nada sobre la domiciliaria, porque no hay lugar en la cárcel

Improbable por cierto que esa haya sido la razón, nadie lo reconocería, sin embargo, la sola versión alienta a pensar en tal posibilidad. De allí este informe especial.

Ya en el mes de agosto del año 2011 DIARIOJUNIO ofreció un informe especial (como tantos otros), en el que dábamos detalles : *cuando se construyó esa Unidad Penal (1896), todo el departamento Concordia, contaba con una población de 12.684 habitantes, según el Censo Nacional del año 1895.

En ese año (2011) del informe de DIARIOJUNIO, la UP3 tenía 154 presos, contra los 350 de hoy, es decir que, en menos de 10 años se duplicó la población carcelaria.

El dato que da cuenta del escaso interés en mejorar la situación, no solo está dado por la parte edilicia, sino por el personal que trabaja en el lugar. Actualmente el personal penitenciario en al UP3, llega a 120 agentes y oficiales, la misma cantidad de personal que cuando la cárcel tenía 170 presos.

Vista panorámica de la UP3 da cuenta del escaso espacio y de la necesidad de traslado urgente

REEDUCAR PARA LA INSERCIÓN SOCIAL, NO PARA EL DELITO

Los datos que aportó el informe del Servicio Penitenciario de Entre Ríos en el año 2018 (que según fuentes judiciales no dista demasiado del último informe del año pasado), al que accedió DIARIOJUNIO, ofrece información muy interesantes respecto de la posibilidad cierta de que la cárcel y tal lo enseña nuestra Constitución, no sea un lugar de castigo, sino de reinserción social.

De acuerdo al mencionado informe de todas las unidades carcelarias de la provincia, los delitos cometidos por la inmensa mayoría de los internos, estaban vinculados al robo, los intentos de y a la venta de estupefacientes. Esa población carcelaria en el informe de marras, superaba los 1.300 contra poco más de 700 internos cuyos delitos alcanzaban la gravedad del homicidio o violación. Esa proporción casi que se repite en cada unidad penal.

Más aún, en el mismo informe se da cuenta que el 41 % de los detenidos tiene penas que van desde los 3 hasta los 6 años y que, el 74 % de los reos, es el primer delito que cometen.

Que otro significado puede tener ese dato, sino el de pensar en la posibilidad cierta de generar alguna política de reinserción social.

En el año 2017, DIARIOJUNIO entrevistó al Defensor oficial, Alejandro Giorgio, quien afirmaba que, el gran problema de la UP3, es que se les resta espacio al aire libre. “Toda construcción que se haga es sobre el mismo terreno perimetral. Le sacamos luz, aire, actividad física y trabajo. Eso es hacinamiento y ocio y es lo peor que se puede hacer”.

En esa oportunidad que fue cuando interesaba a Cresto en la necesidad de hacer otra cárcel, Giorgio decía a este diario que lo que se debe procurar es que el tiempo en que estén privados de su libertad hagan algo útil como trabajar y no que vuelvan con “odio” y “resentimiento” a la sociedad. Por ello, resaltó que estaban trabajando en la posibilidad de construir una granja penal en las afueras de Concordia.

A 3 años de aquella iniciativa truncada Giorgio en diálogo con DIARIOJUNIO repitió conceptos y dijo “en lugar de invertir dinero en seguir ampliando ese lugar, debería darse curso a aquella iniciativa de construir la cárcel en otro lugar

   

ANTE EL AUMENTO, DIVIDIR LA POBLACION CARCELARIA

El dato imposible de soslayar es el aumento desmesurado de la población carcelaria ¿Por qué? Simple, cuando en Entre Ríos se cambió el Código Procesal Penal, las causas que en el sistema anterior tardaban dos o tres años en ser tramitadas, en la actualidad en seis u ocho meses llegan al juicio oral. “Es decir que se han acelerado los tiempos y por tanto, las condenas llegan mucho antes”.

Ese cambio en el procedimiento y la incorporación del narcomenudeo, aumentaron significativamente la población carcelaria en estos años.

El dato que revela ese nuevo estado de cosas lo da el hecho que, en el año 2017 había 222 reos y hoy superan los 350.

Por aquel año, Giorgio ya señalaba el porqué de la importancia de construir otro edificio. Lo decía así : “albergar a presos por delitos menores con condenas cortas, jóvenes, “primerizos”, evitando que se mezclen con los de mayor peligrosidad, y fundamentalmente con posibilidades de enmendarse y volverse útiles para la sociedad capacitándose y trabajando. Y recalcó que no se trata de un “premio”.

Por si faltara información que anime a tomar medidas cuanto antes, el informe del Servicio Penitenciario sobre el comportamiento de los presos en general dice que la actitud del 48 % de los detenidos es EJEMPLAR ; la del 16 % es muy buena y buena es el 22 %.

Que solo el 14 % de los presos tengan un mal comportamiento empuja a pensar en la urgencia de tomar medidas.

Entradas relacionadas