Con esta caravana Macri relanzó su campaña pero de forma negativa, insistiendo en usar el principio del carbón: “si no quema, al menos tizna”, atacando y denostando a los opositores con el fin de incidir negativamente en la credibilidad y confianza de los votantes persuasibles e indecisos, apuntalando el discurso de “ratificación del cambio”.
La estrategia es mostrar ante la opinión pública al Frente de Todos como la representación de personajes nocivos que amenazan y ponen en riesgo la estabilidad, la prosperidad y el futuro del país –además agregando un plus extra- nuevas promesas advirtiendo que “lo que viene es mejor”.
Insiste Macri en que el padecimiento de lo actual es culpa del anterior gobierno y no de él, pero omite decir que cuando asumió el 10 de diciembre de 2015 recibió una Nación que debía el 37,46% del PBI, pero el 10 de diciembre de 2019 entregará un país con una deuda de casi el 95% del PBI.
“Estamos muy lejos de una economía con rostro humano” dice un documento de la Pastoral Social sobre la situación social del país luego del Encuentro Nacional “Repensando la Economía – Una economía con rostro humano” convocado en Paraná el pasado viernes y sábado en el Centro Provincial de Convenciones (CPC).
A la propuesta económica de Macri claramente le faltó alma y no se concibió con un marco de referencia a lo social; hay valores que deben regirla siempre, teniendo en el centro a la persona humana y no se hizo, se buscó “cerrar números” sin tener en cuenta la cuestión social y además se nos endeudó a 100 años. La que sí tiene alma es nuestra Argentina, dos almas, una derrotada que está mirándose en su frustración, defraudada y sin expectativa, y otra mirando hacia adelante que está buscando una esperanza, sin caravanas ni mentiras.