La ‘bolsita’ de PAMi para los jubilados pasó de 25 productos a 10

La caja de alimentos que entregaba PAMI hace unos 3 años  estaba compuesta por entre 25 y 30 productos, según la categoría del bolso, pero que excedía ampliamente “la primera necesidad”. Sin embargo, con la crisis y el ajuste del gobierno nacional, los bolsones para jubilados se fueron achicando y reduciendo hasta llegar a no más de 10 productos, entre los que pueden encontrarse fideos, arroz, lata de tomate, leche larga vida o en polvo, atún, harina, polenta, azúcar, una caja de postre para preparar, un paquetito de galletitas saladas…y no mucho más. “Parece que te ponen lo primero que encuentran”, lamentó la abuela

Sobre ello, la mujer comparó que antes recibían incluso hasta 3 paquetes de galletitas saldas y un frasco de mermelada y ahora ni siquiera un paquete de yerba. “Entiendo que la yerba no es de primera necesidad ni un alimento, pero antes te lo daban. A mí ni siquiera me tocó azúcar esta vez”, comentó Inés y detalló el contenido de su bolsa: 2 paquetes de fideos, un arroz chico, una leche en polvo de 500 gr, una lata de arveja, una de atún,  harina de maíz de ½ kilo y medio, 1 atún y una cajita para preparar postre “Son 9 productos en total con productos muy básicos y  económicos que van variando”, explicó.

En el mismo contexto, la señora añadió que los abuelos  la están pasando “realmente muy mal” y remarcó que ella lo veo todos los días en el centro de jubilados. También afirmó que hay faltantes de remedios que son los más específicos y caros. “Yo por suerte uso solamente 4 que son fáciles de conseguir, accesibles y gratis (para la presión, el corazón, colesterol y calmantes como Ibupirac e Ibuprofeno), pero se de amigos y abuelos que necesitan otros  más fuertes y no los encuentran o tienen que hacer un papelerío muy grande”, comentó.

“Esto se pone cada vez más difícil. Una jubilación que no alcanza para nada ni se acerca a la inflación, con los servicios que están imposibles de pagar y es muy injusto porque llega en la última parte de nuestras vidas, donde tendríamos que estar cómodos después de haber trabajado siempre y tenemos que estar padeciendo esto”, lamentó. “En el verano ya no pude usar el aire que me puso mi yerno y ahora no se cómo voy a hacer para calentar mi casa,  porque con el gas a ese precio no creo que pueda pagarlo”, finalizó

 

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