Los últimos ocho años de mi vida los dediqué a participar en la actividad política de la Provincia y de la Nación. Creí que debía devolverle al Estado algún fruto de la educación gratuita que había recibido en los mejores lugares del país, Escuela Normal, Lenguas Vivas y Universidad de Buenos Aires. Y, como no me banco a los que critican y no hacen nada lo intenté. Hospital Heras, campaña Busti, campaña Kirchner, Ministerio de Desarrollo Social, Pami. Puse mi mejor empeño y aquí estoy en mi casa, más pobre, desprestigiada y casi sin trabajo.
Por lo vivido, me creo con derecho a opinar. Sigo pensando que la presidencia K es lo mejor que nos ha sucedido en muchísimo tiempo, aún cuando algunos detalles no sean de lo mejor. Sigo creyendo que Cristina K. es brillante y puede dar muchísimo a nuestras Instituciones; me decepciona que sus aspectos frívolos opaquen su potencial intelectual.
Creí en Ocaña y escuché largas explicaciones respecto a su investigación de las irregularidades en los ATN otorgados a Busti.
Cuando leí que Ocaña respaldaba a Uribarri (o a Busti, lo mismo) me dí cuenta de que, como en el famoso tango “todo se igual”. La política se ha convertido en una ocupación de la que no se puede salir porque no hay adonde volver. Todos se reacomodan como en un rompecabezas para seguir estando. De qué vivían antes?
No hay nadie totalmente bueno ni malo. Busti ha hecho algunas cosas positivas, la mayoría con dinero de la Nación; y muchas cosas criticables, fundamentalmente por estar rodeado de incapaces. Tanto se esforzó para que nadie opacara su figura que terminó rodeado de mediocres, que sus buenos dolores de cabeza le dan.
Lo que no puede decir, ni Busti, ni nadie, es que él es el único que puede salvar a la provincia.
En más de un millón de entrerrianos, están Martínez Garbino, Julio Solanas, Daniel Irigoyen, Beba Tribulatti, Lidia Nogueira, Gustavo Bordet, etc, etc. Qué tienen en común? Sólo que son honestos y capaces. Hace falta más?
Tal vez no les interese, pero yo los conozco a todos ellos, y mi vara de medida es muy simple: todos son igual de ricos o pobres que antes de pasar por la función pública.
Si alguno me nombra cinco funcionarios actuales que tengan esa característica lo celebro. Yo conozco sólo uno, se llama Pablo Martínez y fue el mejor intendente que tuvo General Campos, y que seguramente volverá a serlo.
Creo que es hora de hablar de proyectos de gobierno, de ideas, de prioridades y de necesidades.
Ya basta de comprar voluntades con fondos disponibles, basta de calcular votos con aparatos mantenidos con dineros públicos, que al fin y al cabo son de todos.
Por qué no nos planteamos metas? Terminar con el analfabetismo? Hacer atención primaria en serio? Y digo en serio porque de cada cien que dicen esa frase, 90 no saben de qué se trata.
Vale la pena que cada uno de nosotros se tome unos minutos para pensar antes de colocar su voto en la urna. Tan simple como eso.
*Médico. Ex titular del PAMI UGL 34. Concordia