La autopsia a Lencina fue fotografiada y filmada, dijo el juez González

En declaraciones realizadas al programa «A quien corresponda» de Radio Uno Paraná coincidió con el accionar del fiscal Mario Silva -quien autorizó el envío de cartas a Lencinca-, porque él no estaba incomunicado a pesar de haber estado preso, por lo cual no “estaba privado de recibir correspondencia y si se leía las cartas se iba a incurrir en un delito, que es el de violación a la correspondencia”. Respecto del día de la muerte de Lencina, reveló que había «otras dos personas detenidas, como contraventores», que serán citados a declarar próximamente y dijo que desconocía si fue pasada a servicio pasivo la guardia entrante y saliente de la Comisaría Quinta de ese día, para profundizar la investigación.
Para restar veracidad a los dichos de la madre de Lencina, González aseguró : “Personalmente pude comprobar que el cuerpo de Lencina no tenía lesiones ni internas ni externas, que se pudieran observar a simple vista, por lo cual descarto que tenía la cabeza molida, los testículos quemados o quemaduras de cigarrillos en el cuerpo como se ha publicado”, al tiempo que añadió: “la cabeza no se sutura después de una autopsia, por eso si se toca va a emanar sangre, pero de ahí a que haya un golpe hay un abismo”.

En cuanto a las famosas cartas, que habrían sido encontradas entre las pertenencias de Lencina, tras el suicidio y que fueron enviadas el 2 y el 5 de agosto a la sede de la Comisaría Quinta, el magistrado manifestó: “Hasta que no tenga conocimiento de ellas por la señora Mirta Chávez o una pericia caligráfica, por el momento son cartas. Pero tengo que decir hasta ese momento, que supuestamente son de ellas”.
En ese orden, indicó: “También supuestamente habría una carta de Lencina para ella y va también al expediente que tengo, que ya he pedido al Juzgado Federal, pero debe ser investigado”.
“Aparentemente, el que oficio de cartero fue la defensora oficial de la Justicia Federal, pero esto no está claro y va a ser objeto de investigación. El fiscal Silva autorizó la entrega de las cartas a Lencina, y si bien corroboró que adentro del sobre había cartas, autorizó su entrega sin leerlas”, aclaró González, añadiendo que el fiscal obró correctamente al permitir que recibieran misivas, porque explicó: “Lencinca no estaba incomunicado y estaba privado de su libertad, pero de ninguna manera estaba privado de recibir correspondencia y si se leía las cartas se iba a incurrir en un delito, que es el de violación a la correspondencia”.

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