El gremio rechazó “en forma terminante las directivas comerciales que, encubiertamente, las autoridades del Nuevo Banco de Entre Ríos SA han dispuesto para sus clientes y usuarios. Estas consisten en no permitir el pago de servicios en las sucursales del Banco, conminándolos a realizarlos por los canales alternativos, tanto electrónicos o por los denominados Entre Ríos Servicios”.
“Y agrava la situación –añade el gremio- la de ser de cumplimiento categórico y no normada, permitiéndose por parte de los funcionarios del Banco todo un abuso en su ejecución, tanto a empleados como a clientes”.
La Asociación Bancaria entiende, primero, que las condiciones de atención en los Entre Ríos Servicios no son las mejores: se trata de locales que no están preparados para recibir a tanta gente que, en la mayoría de los casos, hace cola en la calle para poder pagar un servicio. Pero, además, no cuentan con la mínima seguridad en un sitio adonde se maneja dinero en efectivo.
“Esta tercerización de servicios afecta la posibilidad de nuevos ingresos futuros de personal en el banco. Eso lo habíamos advertido no bien se conformó esta red de Entre Ríos Servicios. No descartamos que esto pueda derivar en una eventual reestructuración de personal. Pero el banco no se quedó en eso, sino que fue más lejos. Ahora, no sólo ofrece esos lugares, sino que los impone como los únicos adonde ir a pagar servicios a los clientes”, dice Navarro.
Y en esos lugares, añade el dirigente, existen dos aspectos negativos: “Uno es la seguridad. Los clientes están expuestos, van a pagar y esperan la mayoría de las veces en la calle. No es lo mismo que en un lugar bancario, donde se espera adentro de locales que cuentan con seguridad. Pero además, no se le permite al cliente elegir dónde pagar, sino que se le impone”.
Sólo percibe en sus sucursales bancarias los impuestos provinciales y las obligaciones con Afip. El resto de los servicios que se podían pagar en el Nuevo Bersa, ya no.
“Nosotros lo que decimos es que sea el usuario el que elija, y no que sea el banco el que imponga”, apunta
Navarro dice que el banco implementa “todo un mecanismo para tratar de sacar fuera de sus instalaciones el cobro de los servicios que venía cobrando. En algunas sucursales, incluso ni siquiera los resúmenes de las tarjetas de crédito que emite el propio Bersa. Esta medida fue cuestionada por el gremio, pero el banco no modificó su postura –dijo-. En función de eso nosotros planteamos un repudio a la actitud que asumieron. A la vez, hicimos un llamado al Gobierno para que actúe, porque el Bersa es el agente financiero del Estado”.
La “tercerización”, evalúa el dirigente sindical, le reporta al banco los mismos ingresos, que ya no los consigue utilizando su propia infraestructura sino a través de terceros. “El que recauda en Entre Ríos Servicios después tiene que depositar toda esa recaudación en una cuenta que le da el mismo banco. El banco recibe igual la plata, sin tener que poner infraestructura y personal”.
“Los entrerrianos –dice un pronunciamiento de la Asociación Bancaria- han tenido y tienen una identificación plena con el Banco de Entre Ríos, y más siendo este el agente financiero de la Provincia. Es de imaginar el profundo impacto que causa en los ciudadanos, ser literalmente expulsados de las puertas de cada sucursal. Y vemos con preocupación creciente que, el acatamiento obligado de las directivas, conlleva la afectación de la fuente laboral de cientos de empleados bancarios entrerrianos en un futuro cercano, al advertirse la disminución de concurrencia de clientes a la entidad”.