Un estudio reciente elaborado para el Conicet por el economista del CENDAS, Emmanuel Agis, indicó que con 3.700.000 beneficiarios, la AUH consiguió que casi dos millones y medio de personas abandonen la pobreza o la indigencia.
Además, en ese informe se sostuvo que la desigualdad también se redujo, ya que «el 10% más rico de la población, que en el 2002 llegó a ganar 40 veces más que el 10% más pobre, luego de la AUH gana 14 veces más. La cifra todavía es elevada, pero en uno de sus niveles más bajos de la historia».
En diálogo con Buenos Aires Económico, Agis explicó que los alcances de la AUH se midieron cuando se lanzó la medida (que consistía en una ayuda de $180 por hijo) y se recalcularon cuando se anunció el aumento a $220. Reconoció, sin embargo, que hoy el impacto sería un poco menor al de julio pasado a causa de la suba de precios.
«Hay una cuestión que es mantener el poder adquisitivo de la medida», sostuvo Agis.
MEDIDA. En otro orden, también cabe preguntarse qué índice de pobreza e indigencia se toma en cuenta a la hora de medir los alcances de la medida y es por eso que el estudio en cuestión elaboró sus estadísticas en función del IPC de siete provincias y no el IPC- GBA del INDEC.
El economista, también Coordinador del Departamento de Política Económica de la Sociedad Internacional para el Desarrollo, aseguró que los resultados del informe que él elaboró coincidieron con los recientemente difundidos del Centro de Estudios Distributivos Laborales y Sociales (CEDLAS) y de la OIT.
Según este último, la AUH redujo, desde su implementación, la indigencia y la pobreza en los niños, niñas y adolescentes en un 65% y 18%, respectivamente.
Allí se afirma que en Argentina «viven en el país aproximadamente 12,1 millones de personas menores de 18 años, de las cuales el 55% estaría cubierta por el régimen contributivo, lo que representa alrededor de 6,7 millones de beneficiarios. La implementación de la AUH permitiría, entonces, alcanzar a 4,6 millones de niños y adolescentes adicionales, lo que determinaría que casi la totalidad de ellos estén cubiertos por alguna de las dos modalidades de asignaciones familiares vigentes».
El nivel de recursos destinados para la AUH representa casi un 0,6% del PBI, unos $7.560 millones al año.
Este mecanismo ayudó a achicar la brecha de desigualdad en un 30%, según datos vinculados al sector social.
Discusión. Si embargo, existe una discusión en torno a los alcances reales de la medida basados, por un lado en la licuación del ingreso a manos de las subas de precios y, por el otro, en si la asignación es o no universal.
En esa línea suena la voz del diputado nacional de Proyecto Sur, Claudio Lozano, quien afirmó que «la AUH es una medida que demuestra que tiene mucha potencia pero por su forma de aplicación, los efectos están por debajo de sus posibilidades».
«La AUH no es universal, porque aparece como sustituto de planes anteriores(familias y jefes y jefas). Han quedado afuera un millón y medio de pibes no la reciben, que justamente son los que están afuera de la institucionalidad», lanzó el economista.
Además, aseveró: «En este contexto inflacionario, con la fuerte suba de alimentos, en cuatro meses tenés prácticamente evaporado parte del efecto de la aplicación de la medida».
En base a un informe elaborado en el Instituto de Estudio y Formación, Lozano indicó que «el efecto de la asignación había permitido una reducción de 600.000 personas que estaban por debajo de la línea de pobreza, mientras que en la indigencia el efecto fue una baja de cerca de un millón de personas».
«A causa de que no es realmente universal y de que hay inflación, el impacto sobre la pobreza y la indigencia es del 30% de lo que podría haber sido. De otro modo, hubiesen sido 1.800.000 personas fuera de la pobreza y 3.000.000 en reducción de indigencia», añadió.
Es por eso que para el economista de la CTA, la medida es potencialmente buena, pero aún dista de haber alcanzado lo que se esperaba de ella.