Ayer, la dueña del comercio “Awa Tienda de Aromas” estaba sola cuando ingresaron dos jóvenes de 25 años de edad aproximadamente, morochos y de estatura media. Habían dejado una moto estacionada a media cuadra de distancia. “Me amenazaron, cerraron la puerta y quedé yo sola. Me dijeron que me quede tranquila pero igual me defendí todo lo que pude”, dijo Gorroño.
Mientras uno desenchufaba la netbook y vaciaba el escritorio guardando todo en una mochila roja, el otro le hablaba apuntándola con un elemento filoso. Todo sucedió en menos de un minuto. Luego salieron corriendo, se subieron a la moto y se fueron contramano por Alberdi hasta Hipólito Irigoyen donde se perdieron de vista. La joven salió gritando, mucha gente se acercó para ayudar pero los delincuentes ya se habían esfumado.
Las cámaras del Banco Hipotecario, ubicado en la intersección de Alberdi y Pellegrini, podrían arrojar alguna pista sobre los delincuentes debido a que el campo de visión es amplio y se estima que abarca el negocio o al menos el lugar donde estacionaron la moto. Antes había personal de seguridad del banco en la esquina pero luego fue retirado.
Además de las pérdidas materiales, lo que más lamenta Gorroño era la información almacenada. “Soy licenciada en sistemas, me dedico a la parte de sistemas desde hace mucho tiempo y tenía mucha información de trabajos que yo había hecho y no tenía back-up”, indicó.
A la noche hizo la denuncia en la Jefatura, ubicada a 150 metros de distancia. Gorroño aseguró que “se cuida mucho” en la calle y no esperaba ser asaltada en su negocio en una esquina casi céntrica donde circula mucha gente. “Ayer estaba lleno de autos y andaba gente. No es que la calle estaba vacía. Había mucho movimiento. Jamás pensé que se me iban a meter acá”, indicó. No obstante, dijo que la cuadra es oscura de noche debido a que hay una sola columna de iluminación.
“Trabajar a puertas cerradas es feo pero ahora estoy a puertas cerradas. El temor lo tengo porque fue reviolento. Sacaron enseguida de la mochila algo cortante, no sé si era un cuchillo o una faca pero la verdad que a mí me queda miedo”, indicó la dueña de negocio. Al mismo tiempo, señaló que no sabía si volver a trabajar con una máquina en el futuro en el local aunque la necesita.
Por último, indicó que quería alertar a los comerciantes. “Si a una cuadra de la Policía te pasa esto, le puede pasar a cualquiera”, advirtió.
