La antropologa Segato planteó una crítica a la doctrina jurídica del juez Rossi

Con ello hizo foco en un sistema de funcionamiento que tiene la justicia, que no considera a los delitos sexuales en una justa dimensión: “Son crímenes no instrumentales, sino expresivos, que expresan la capacidad de dominio y control masculino. Es un crimen territorial, si tiene una capacidad esa capacidad es expresiva, y expresa ‘dueñidad’ y dirige ese enunciado a los ojos de sus pares masculinos y a toda la sociedad”.

La antropóloga también reflexionó sobre el rol que tiene la justicia y dijo: “La justicia es una oportunidad pedagógica y si no lo es, pierde absolutamente su posibilidad de transformar  y de obtener eficacia material. Y solo adquiere eficacia material cuando tiene eficacia simbólica y ha entrado en el discurso de la sociedad”.

Advirtió que su tarea se inscribe en la posibilidad de tener una capacidad reflexiva de los operadores del derecho. “Este es el teatro, este es el escenario, este es el momento de hacer llegar a destino, un pensamiento que necesita de más pensamiento, de más reflexión de más comprensión por parte de los integrantes de este recinto”, dijo y añadió que se debe entender que “las víctimas sexuales no se constituyen –no siempre- como una persona plena, no alcanza el estatus de ciudadana plena porque no adquiere el carácter de persona plena de derechos”

Segato fue la primera de las testigos en sentarse frente a los integrantes del Jurado que  a excepción de una mujer, está integrado exclusivamente por varones que siguen el proceso del Jury a Rossi, quien se abstuvo de declarar antes de la exposición de Segato y de Enrique Stola.

La experta en violencia sexual se refirió a la necesidad imperiosa de que los operadores de la justicia, los jueces en particular, entiendan que los crímenes de género son “crímenes de exceso de poder” y puedan elevar su capacidad de análisis por encima del sentido común para poder entender que una violación no es un problema de libido sexual, sino que se trata de un tema de poder, de control, de mandato de la sociedad cuya escuela es el cuerpo de las mujeres.  Mujeres que además –explicó Segato- no han alcanzado el estatus de ciudadanas porque aún les cuesta hacerse oir.

Y argumentó que desde la justicia se tiene que indagar para que el “garantismo” en temas de género explique con precisión que el poderoso en estos casos es el “perpetrador que delinque para espectaculizarse en su posición”. El perpetrador del crimen de género es el que detenta el poder mientras que la vulnerabilidad se encuentra en el lado de la víctima.

“Tampoco fueron tenidas en cuenta las opiniones de las profesiones femeninas de los equipos de justicia, aquellas que recomendaron insistentemente no darle la libertad condicional a Wagner” sostuvo para remarcar que también en estas profesiones, mayoritariamente desempeñadas por mujeres, también se evidencia el desprecio hacia esas disciplinas a la vez que muestra la relación asimétrica de género en las mismas.

“Es necesario recordar que el juez Rossi con su sentencia en el Sebastián Wagner perjudicó a toda la masa carcelaria que busca las salidas condicionales porque se hizo más severa las condiciones para alcanzar la libertad condicional. Fue un golazo en contra a su propia doctrina, porque ahora el tema es utilizado por los sectores más reaccionarios y punitivistas y la imposibilidad fáctica a todas las progresividades de las penas” dijo Segato y puntualizó que en este sentido “retirarle los fueros de juez podrá ser un ejemplo, por eso independientemente de los resultados de este tribunal, lo que importa más es la eficacia discursiva y performativa del mismo y que se le dé voz en los medios, a los que la sociedad tan herida por el caso de Micaela García, encuentre consuelo”

Y advirtió “finalmente quiero señalar que en el juicio al juez Rossi, estamos juzgando a quienes están detrás de él, a quienes lo han colocado en ese camino, sus maestros y superiores, y a quienes sustentan sus decisiones en este caso”. 

Entradas relacionadas