La AFOA vuelve a pedir la derogación de la ley de la madera

La ex Botnia –ahora UPM–, la pastera construida en la ciudad uruguaya de Fray Bentos, cambió la historia. La polémica, primero, y la larga y decidida lucha de la comunidad de Gualeguaychú, después, no estaban en los planes de ninguno de los actores de la cadena foresto-industrial de la Mesopotamia en general y de Entre Ríos en particular.
Hoy, con el conflicto medianamente controlado, el sector está dispuesto a recuperar protagonismo y volver a ocupar espacio en la agenda pública y política de la provincia y el país.
Para eso los protagonistas de la cadena muestran los números de la actividad, más que interesantes, por cierto, explican la potencialidad de una producción cuyo techo aún está muy lejos en Entre Ríos, hablan sin medias tintas de la pastera fraybentina y aseguran, sin hesitar, que la foresto-industria es una de las actividades más amigables con el medio ambiente. También exponen o, mejor dicho, reiteran, el reclamo central del sector: la derogación de la ley de la madera, sancionada por la Legislatura entrerriana cuando los ambientalistas de Gualeguaychú mantenían cortado el paso internacional a Fray Bentos.

Números
Juan Paul, titular de la empresa Paul Forestal SRL –ubicada en el departamento Colón, cerca del Parque Nacional El Palmar– y presidente de la Regional Río Uruguay de la Asociación Forestal Argentina (AFOA) –la entidad que aglutina a los actores de la forestación en Entre Ríos–, en diálogo con el Diario Rural, destacó la importancia del sector foresto-industrial en la actividad económica de la provincia, de manera especial, claro, en la costa del río Uruguay.
“En la zona tenemos un proyecto de desarrollo local con la Municipalidad de Ubajay, el INTA, Parques Nacionales y distintos sectores de la comunidad para buscar el desarrollo potenciando esta producción. Ubajay es llamada la capital de la madera y realmente da para mucho, y se podría construir un círculo virtuoso de los árboles, la industria, el medio ambiente, el desarrollo social, en donde tenemos muchísimo para aportar. A veces, cada uno tira para su lado y no nos juntamos para mover esta cadena, por lo que entendemos que este proyecto con Ubajay puede ser muy positivo. Con la Secretaría de Medio de la provincia también hemos conversado sobre estos temas por lo que somos varias las partes interesadas que vemos en esto una oportunidad excelente”.
José Loiácono, gerente de Relaciones Institucionales y Comunicación de la Asociación Forestal Argentina (AFOA), por su parte, remarcó que la forestación “es la quinta actividad económica de la provincia” y “hay 30.000 entrerrianos que viven directa o indirectamente” de ella. Si, además, el foco se pone en los departamentos de la costa del río Uruguay, “el impacto económico y social de la forestación es todavía mayor, muy importante”.

Reclamo
La ley de madera de nuestra provincia, evaluó Paul, “asustó a los inversores no sólo de Entre Ríos sino del país. Lo de Botnia, por ejemplo, a los correntinos los perjudicó mucho más que a los entrerrianos. Afortunadamente la industria está bastante desarrollada en nuestra provincia y estamos proveyéndole madera a industrias celulósicas” como Papel Prensa y Celulosa Argentina, entre otras.
Este tipo de leyes, agregó, “atentan contra la inversión. El país apostó a la industria forestal y se han hecho polos importantes que en este momento, como consecuencia de la polémica por Botnia, han quedado en el camino. No hay inversiones dada la poca previsibilidad”.
Pero AFOA está decidida a poner de nuevo en la agenda pública y, sobre todo, política, el tema de la forestación. “La ley de la madera no tiene sustento constitucional, porque se da de bruces con leyes nacionales. Hay que derogarla porque no tiene sentido”, insistió Paul.
Loiácono, a su turno, evaluó que la ley “tal vez no dañe tanto a la economía forestal sino que su principal perjuicio es que ahuyenta las inversiones. En consecuencia no perjudica al sector forestal sino a todos los sectores, a la comunidad, porque la foresto-industria genera un puesto de trabajo cada dos hectáreas, es decir tiene una demanda de capital intensivo muy alta comparada con otros sectores. El Estado, además, recauda menos”.
Paul, por último, señaló que el sector necesita que “la provincia, como lo ha hecho la Nación, jerarquice la parte forestal” en donde trabaja “gente con mucha voluntad que demasiado hace, pero es necesario mayor jerarquía”.

Entradas relacionadas