La campaña del Clio llegó a Plaza Italia, a pocas cuadras del puerto marplatense, donde Kicillof se presentó junto a la candidata a vicegobernadora, Verónica Magario, y la candidata a intendenta de General Pueyrredón, Fernanda Raverta. “El Gobierno se encargó de trabajar con los medios de comunicación oficialista y todo su aparato de propaganda para hacer creer que después de tanto desastre y destrucción iba a haber un empate”, dijo Kicillof en referencia a los resultados del 11 de agosto.
Más allá de la holgada victoria que obtuvo, exhortó a los cientos de seguidores reunidos en la plaza a desobedecer al presidente Macri: “Nos mandó a dormir, pero acá estamos: militando, recorriendo, convenciendo, acá no se duerme nadie”, arengó de cara a las elecciones del 27 de octubre. “Andan diciendo que ‘Sí se puede’, pero el problema es que no se debe gobernar así”, advirtió el ex ministro de Economía.
El candidato consideró que, además del ataque al bolsillo de los trabajadores y jubilados, el macrismo intentó un “ataque cultural y simbólico” relegando al plano de las fantasías que una familia tenga trabajo, una vida digna y vacaciones. “Tener vacaciones y tenerlas en Mar del Plata, la cuna del turismo popular, no es una fantasía sino un derecho de todos los argentinos y argentinas”, sostuvo.
Kicillof señaló que a pesar de que para muchos el resultado de las PASO fue inesperado, él y su equipo de campaña lo “venían percibiendo en las recorridas, en las plazas y en las calles”, y les advirtió a los marplatenses: “Sabemos que vamos a recibir una provincia quebrada y endeudada, pero les prometo que no venimos a traer excusas, venimos a traer soluciones”.
Kicillof hizo hincapié en el modelo económico aplicado desde la Casa Rosada y apañado por la gobernadora Vidal —”ya no se puede negar ni esconder el desastre y el fracaso económico”— e ironizó que, pese a las culpas que intentaron echar a la gestión kirchnerista y las renovadas promesas de la campaña de Juntos por el Cambio, lo que ocurrió fue un error de cálculo: “en los primeros meses de 2016 hubo un pequeño error, prometieron que era el segundo semestre pero era el segundo mandato”.
En ese tono, Kicillof también lanzó una broma sobre Vidal, quien se jacta de haber visitado 30 veces la ciudad balnearea, y dijo: “habrá hecho retiro espiritual, porque no se ocupó de los marplatenses”, en referencia a las reuniones de gabinete que la mandataria repitió cada año en el complejo de Chapadmalal, que recientemente el Gobierno entregó a la Gendarmería por decreto .
“Inundan las calles con carteles con su cara, pero hay que refrescarles la memoria, porque su frente se llama Juntos por el Cambio y el que lo encabeza se llama Mauricio Macri. Pónganlo también en los carteles, porque están trabajando para él, están apoyando su proyecto”, reclamó Kicillof sobre la propaganda de Vidal y el candidato a intendente de Juntos por el Cambio, Guillermo Montenegro.
En el cierre del acto, Kicillof se metió de lleno en la elección local y les aseguró a los marplatenses que “no están condenados a vivir lo que vienen experimentando”, como una de las localidades con más alto desempleo del país.
“¿Cómo puede ser que teniendo campo, industria, mar, puerto, servicios y turismo, alguien les puede hacer creer que General Pueyrredón no se puede transformar en un partido integrado con trabajo todo el año, con menos pobreza, mejor educación y más infraestructura?”, preguntó Kicillof, quien aseguró que la candidata del Frente de Todos, Fernanda Raverta, tiene “un plan estratégico como sostén de una propuesta política”. “Falta poco, faltan pocos votos para empezar un historia nueva en Mar del Plata”, aseguró.
