Ayer comenzó en Paraná un nuevo debate donde un hombre y una mujer que regenteaban un prostíbulo de Concordia, fueron acusados de incorporar a su staff de coperas a una misionera que se resistió a ofrecer sexo, y ante los padecimientos sufridos debió escapar y pedir ayuda.
El Tribunal Oral Criminal en lo Federal integrado por Noemí Berros, Roberto López Arango y Lilia Carnero le informó a los acusados Carlos Pito Montiel y Susana Tuti Silva que estaban acusados del delito de explotación sexual, según publicó el diario Uno.
El tribunal Federal de Concepción del Uruguay los procesó, luego de que se estableciera como existente que la víctima de 19 años fue llevada desde su casa en Misiones, hacia un prostíbulo ubicado en la ciudad de Concordia.
En el debate de ayer, la denunciante contó, al igual que lo había hecho en la etapa de Instrucción, que fue localizada por una conocida que, junto a tres personas, llegó hasta San Vicente el 6 de mayo de 2009. Allí le prometieron un buen dinero a cambio de cuidar niños, pero en realidad, al llegar por la noche a un lugar, comprobó que se trataba de un cabaret.
La mujer fue incorporada por la fuerza al lugar que se llamaba El Desafío y tras sufrir varios padecimientos, la misionera decidió escaparse y esconderse en una casa de concordienses, quienes fueron los que la ayudaron a realizar la denuncia.
Con estos elementos, desde la Justicia se ordenó allanar el prostíbulo, donde se encontraron elementos de interés para la causa, que luego llevaron al procesamiento de Montiel, quien fue considerado como regenteador y administrador del cabaret, y de Silva, como captadora de mujeres.
Los dos mantuvieron la libertad, hasta que la mujer tuvo una actitud que le valió perderla. No notificó de un cambio de domicilio, por lo que desde la Justicia Federal, se ordenó trasladarla hasta la cárcel de mujeres de Paraná, donde esperó la apertura del debate oral y público.
Los acusados, asistidos por el defensor oficial Mario Franchi y el abogado José Ostolaza, decidieron abstenerse de declarar en esta primera etapa del juicio.
Tras escuchar la lectura de elevación, se consultó a la víctima si estaba en condiciones de poder declarar.
La misionera, que hoy cuenta con 22 años, llegó al recinto con una beba en brazos.
Dolor por los recuerdos
La víctima, que empezó firme en su relato, confirmó que la fueron a buscar en una camioneta de color verde y se aprovecharon de su vulnerabilidad social y económica, ya que ella creyó que podía iniciar un futuro mejor para sus tres hijos.
El problema surgió cuando al llegar a la capital del citrus donde a poco de llegar al “cabaret”, como lo identificó la mujer, le ordenaron que se pusiera una remera y una pollera corta para ejecutar la profesión más antigua de la historia.
La misionera puso reparos para atender sexualmente a los clientes y esto le valió que fuera sancionada y amenazada en el prostíbulo.
En un momento la muchacha se quebró y se puso a llorar, por lo que el tribunal y el fiscal de Cámara José Candioti intentaron calmarla para que, más tranquila, respondiera algunas de las preguntas que quedaban.
La misionera en todo momento estuvo acompañada por una psicóloga del equipo de Asistencia a las Víctimas de trata de personas, que desde que se inició la causa la asistió y contuvo, tal cual lo marca la actual legislación.
La mujer afectada por la situación contó que organizó como pudo la fuga y para ello es que tuvo la ayuda de otra compañera del cabaret que la invitó a comprar ropa.
Así fue que en un momento determinado sacó coraje y, pese al temor de que la pudieran estar siguiendo, emprendió una loca carrera por una zona que no conocía. De esta manera llegó a la casa de un matrimonio que le creyó todo y, aun sin saber quién era, la acogieron y la ayudaron para que pudiera estar a salvo.
Más tranquila le indicaron que iba a ser necesario avanzar con la denuncia policial, para lo cual se contactaron con un amigo de la fuerza en la Jefatura de Policía de Concordia, quien les dio los primeros datos y elementos para que se judicializara el caso de trata de personas.
Una vez formulada la presentación, la misionera emprendió el regreso a su provincia. Los pasajes se los compró el matrimonio que pagó cerca de 150 pesos para que la muchacha pudiera encontrarse con los suyos.
Ante el tribunal, la víctima reconoció que pertenece a una familia de escasos recursos, que casi no asistió a la escuela primaria, pero que de igual manera ella puede firmar. Destacó que a los 12 años quedó embarazada de su primer hijo.
El juicio continuará en esta jornada con la declaración de cuatro policías que participaron en el allanamiento a la whiskería.
Actitud solidaria y ciudadana
Al finalizar la primera audiencia en los tribunales de calle Urquiza en Paraná, quedó el comentario sobre el comportamiento del matrimonio que en primer término contuvo a la muchacha que se había escapado del cabaret.
Las autoridades judiciales valoraron la decisión con acción del hombre y la mujer que eran vecinos del prostíbulo.
Al parecer, sabían del funcionamiento de la whiskería, y por esas cosas de la vida, al recibir a una mujer que pedía ayuda lo hicieron sin dudar.
Sin conocerla, creyeron en el relato de la muchacha que, con dificultades, pudo explicar su miedo.
Un integrante de la Justicia hizo saber que muchos, de la boca para afuera, dicen que siempre ayudarán, pero a la hora de actuar, son pocos los que tienen esta actitud solidaria y ciudadana.
Por ello es que desde el tribunal y la fiscalía se solicitó a la Policía que se aboque a la búsqueda del matrimonio para que puedan declarar en los próximos días y de esa manera poder conocer sus testimonios que pueden llegar a ser más que interesantes para llegar a la confirmación del delito.