Ese “rejunte” (Bullrich, ex montonera ; Carrió, ex funcionaria judicial de la dictadura ; Pichetto todoterreno ; el contrabandista Macri y la flamante incorporación “del jefe de la droga” como lo llamaron alguna vez los que hoy lo aplauden, o sea Duhalde), es la “conducción” política de quienes creen que se puede bolsonarizar a este país. ¿le parece que ese “rejunte” puede lograrlo…?. No da para tomarlo en serio.
Las marchas que alientan junto a sus mandantes (los grupos económicos encabezados por Clarín y La Nación) no convocan a ciudadanos sino a locos/as desaforados y agresivos que dan vergüenza ajena, ni saben responder las razones de su participación. Son odiadores puros que, en un país con cultura política como el nuestro, tienen escasa cabida. Por si faltaran datos, ahí está la UCR con un lío interno de órdago.
ENTRE UNA DERECHA LIBERAL Y EL FASCISMO
Quizá una de las expresiones más inteligentes de Monzó en el reportaje que publicó el sitio Infobae, fue esta : “ahora pareciera que comenzamos una campaña política en el medio de una pandemia mundial, de un PBI mundial que cae, y aparentemente hace un mes y medio entramos en el mismo esquema electoral que veníamos desde el 2009”.
Monzó, que alienta una nueva dirigencia de derecha y que ubica allí a Martín Losteau, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo y Diego Santilli, entre otros, señala que hace falta “desprenderse” de ese “rejunte” que parece “del siglo pasado”, en referencia a Macri, Bullrich y Cia.
Monzó no es la panacea, ni parecido, sin embargo es un hombre de la política y se da cuenta que esos personajes están dando vida y vigencia a la conocida frase de Karl Marx cuando señaló que “La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”. Se quieren despegar, hacer que los vean lejos de esa farsa
Los representantes de lo que ayer fue tragedia (el gobierno que finalizó en Diciembre/19, y hoy vuelven como “farsa”, creen (por su escaso nivel político y por su nivel de marginalidad), que en Argentina se puede impulsar una experiencia similar a la de Bolsonaro o la de Bolivia, como si se tratara de conciencias sociales parecidas.
CONTEXTO INTERNACIONAL
Aunque con la sociedad norteamericana nunca se sabe, desde hace ya tiempo, todas las encuestas lo dan ganador al candidato demócrata, con lo cual, el ex aliado de Macri en la Casa Blanca, será uno de los pocos candidatos a sucederse a si mismo que perderá la elección. Donald Trump pierde y la región gobernada por los amigos del magnate, quedará huérfana, al menos de esa impronta guerrerista.
A su vez debe decirse que a la derecha europea no le está yendo mal con líderes como la Merkel, aunque ella también es prepoteada por una derecha más agresiva y violenta.
En esa inteligencia y con un panorama internacional que no parece que vaya a beneficiar a los Trump, mucho menos a los Bolsonaro, los Larreta y Cia. ojean y dejan que los que vuelven como “farsa”, (los Macri – Bullrich, etc.) no les quede pegada.
ANTE UN ENEMIGO COMÚN, EL VIRUS, PENSAR EN EL PAIS
Aunque la TV no lo muestra, la inmensa mayoría de la sociedad está pensando en como hacer cuando salgamos de esta pandemia interminable. Hay millones que piensan que apenas esté la vacuna, el país entero explotará de iniciativas y de potencia social para crecer y mostrar que nuestra sociedad está preparada para salir de las crisis.
La inmensa mayoría de la sociedad sabe también que Alberto Fernández no es De la Rua, forma parte de un equipo que además de estar conformado por alguien como CFK que gobernó la Argentina durante 8 años, lo acompañan ministros como Guzman que acaba de mejorar la situación de nuestro país como pocos.
Pero además, la inmensa mayoría también sabe que transitamos junto al mundo entero, una pandemia. La única pandemia que vamos a experimentar los 7 mil (y no se cuantos) millones de habitantes que habemos en el mundo.
Que esta pandemia es una guerra en la que, de un lado está el bicho y del otro, todos nosotros Si ante eso que nos amenaza a todos por igual, no somos capaces de unirnos para vencerlo, es que no estamos amando la vida, nuestra vida.
Apostemos a esa unión, nos va a fortalecer.