Julio Majul: “me duele que tengamos que llegar a un juicio porque nos negamos a hablar entre nosotros”.

El bloque de la Concertación y Partido Intransigente va a votar afirmativamente este proyecto, porque estamos convencidos que es justo lo que pedimos. Pero lamentamos profundamente que los funcionarios uruguayos nos obliguen a dar este paso, con sus actitudes reticentes y elusivas. Como para Pepe Mujica, para mí los orientales son más que hermanos, es otra cosa, nacimos de la misma placenta. Más que hermanos. No entiendo y me duele que tengamos que llegar a un juicio porque nos negamos a hablar entre nosotros.
Los medios porteños han lanzado una campaña para que no sigamos adelante con este juicio, pero me parece que el Presidente Kirschner ha tomado una actitud positiva, por una parte bajando los decibeles a la confrontación, y por otra parte decidiendo iniciar este juicio.
Si fuera cierto lo que se dice, que en el 2004 hay acuerdos firmados por el gobierno argentino autorizando la construcción de las fábricas, y difiriendo la cuestión ambiental para un proceso posterior, es algo peligroso, en miras a un juicio en La Haya.
Y si es cierto lo que dijo un ex integrante de la CARU, ese organismo de inútiles que cobran fortunas por no hacer nada, de que nunca jamás nadie dio instrucciones de oponernos a la construcción de las fábricas, también es un antecedente altamente peligroso.
Nosotros no decimos que las fábricas contaminarán basados en estudios técnicos; yo no soy un técnico, de hecho. Pero ha habido cuatro o cinco vecinos de Gualeguaychú que han ido a España y a Finlandia, y han visto en la realidad los terribles efectos contaminantes de estas fábricas. Que van a contaminar, no cabe ninguna duda.
Muchos argentinos estamos acusando a los orientales de que son brutos, poco educados, porque defienden las papeleras. Yo quisiera que pensaran qué autoridad tenemos nosotros para hablar mal de los hermanos orientales. La mayoría del pueblo argentino apoyó la política destructora de la industria y la producción nacionales de Martínez de Hoz. El único caso en la historia del mundo donde un país tuvo industria y eligió no tenerla, con el apoyo de la mayoría del pueblo, fue éste. La mayoría del pueblo reeligió a Menem, cuando ya había quedado demostrado su plan infame de destruir la producción nacional. Y la mayoría del pueblo, como yo, elegimos a los inútiles De la Rúa y Chacho. Entonces: ¿qué autoridad tenemos nosotros para hacernos los jueces del pueblo oriental, que está pasando necesidades de todo tipo? Están equivocados, y basta.
Nosotros nos rasgamos las vestiduras por el tema ambiental de las papeleras, pero no hacemos absolutamente nada para impedir las contaminaciones que todos los días se producen por los pesticidas en el campo, y que inevitablemente, con seguridad, con el tiempo afectará a todos.

Y en Gualeguaychú hay una especie de pequeña epidemia de cáncer infantil, en unas pocas cuadras de un barrio humilde, y hasta ahora no conseguimos que nadie nos dé una explicación, siendo claramente un tema ambiental, porque otra explicación es impensable.
O sea: seguimos viendo la paja en el ojo ajeno, solamente.
Me enfurecen los comentarios de que los gualeguaychuenses que cortan la ruta son piqueteros. Son familias enteras de las clases medias, que abandonan sus trabajos, sus vacaciones, sus tareas, para luchar por nosotros y por nuestros hijos. No son piqueteros. Son héroes anónimos, en todo caso
Hago votos porque los dos pueblos hallemos el camino del diálogo racional. Yo lo he intentado, pero he fracasado. Ojalá alguien acierte con el camino correcto para evitar que escale esta insoportable lucha.
Orientales y entrerrianos somos más que hermanos, insisto. No podemos darnos el lujo de pelearnos entre nosotros. Los enemigos son los pulpos multinacionales.

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