«A los jóvenes les digo sean transgresores, opinen, la juventud tiene que ser un punto de inflexión del nuevo tiempo.» Néstor Kirchner
En tiempos en que se pide obsecuencia y lealtad ciega, bien vale recordar la frase de Néstor Kirchner, cuando, en tren de rescatar lo más valioso que tiene la juventud, le pidió a los jóvenes que “sean transgresores” que “opinen” porque la ecuación es simple, si hay un sector que tiene todas las cualidades para hacerlo con libertad, por definición es el de la juventud. El desarrollo y el avance de todo proyecto que se precie de realizar reformas en la organización del Estado, o de revertir las relaciones de poder establecidas, depende de la crítica y de la autocritica constante, de una dialéctica que no puede ser unidireccional y sobretodo no debe serlo.
Es un hecho, que la tan anunciada “profundización del modelo” no puede darse sin un recambio de cuadros, o en palabras de Perón; “del trasvasamiento generacional”, y que esos nuevos cuadros sean jóvenes creativos, formados en la concepción política e ideológica del modelo que pretenden profundizar con sus propias ideas. Pero para eso deben contar con el capital fundamental de la juventud, la inquietud de renovación, de cambio, o revolución.
Este factor, claro está, atenta contra la continuidad del orden establecido, y es de esperar que los nuevos actores políticos pretendan, en su debido momento, aspirar a espacios de poder, a competir en la arena política y a correr a los dirigentes por izquierda. La resistencia de la estructura a esa “amenaza” ha sido entonces cosificar al sujeto creador, colonizar su subjetividad, subordinar su voluntad a la del dirigente.
Es así que vemos, lamentablemente, jóvenes y adolescentes protagonizando acaloradas confrontaciones para defender cada cual a su referente político o como algunos ingenuamente llaman “nuestro conductor natural”. Esos chicos tienen muchos más intereses en común entre sí, que cada uno de ellos con sus respectivos referentes. Y si hilamos fino, en esa discusión, no están hablando ellos, sino que lo que se da es el fenómeno de la extensión de la disputa de los dos dirigentes mayores, a través de sus militantes. Se pelean, porque los de arriba están peleados o compiten por un mismo espacio de poder.
Cosa que es tradición en Entre Ríos y era de esperar que no cambiara de la noche a la mañana, como tampoco lo hará en adelante si los jóvenes no se ganan ese espacio militando para sí mismos, y al hacerlo, le darán esperanzas a un modelo de gobierno, que hoy corre el riesgo de consumirse por combustión interna, cuando no avizora un solo enemigo a la altura de presentarle batalla hacia afuera de la fortaleza.
Ante la falta de una oposición que mantenga al peronismo unido. La única forma de obtener esa oposición, que además le recuerde a cada actor cual es su lugar dentro del proyecto, es continuar avanzando con el programa, la oposición (que no es otra que el poder real en la Argentina -las corporaciones-), surgirá cuando se toquen sus intereses, y solo así se reacomodará la estructura.
EL APARATO, SUS ENGRANAJES, Y PORQUÉ NECESITAN COSIFICAR A LA JUVENTUD
Uno de los factores por los que el justicialismo ha logrado permanecer tantos años en el poder, ha sido su constante capacidad de reinventarse. Lo cual no es otra cosa que un medio de supervivencia. El peronismo, es en sí mismo una estructura de poder, que no solo le da poder el líder de la cúpula, sino a un montón de dirigentes que lo integran en todos los sectores. Pero para que ese poder sea real, y pueda traducirse en hechos, la estructura necesita ser gobierno -Si el gobierno se pierde, gran parte del poder también-
Es por eso que a la hora de readecuarse, el Aparato, ya cosificado (entendiéndose por ello que ha perdido su condición de partido: ya no representa a un sector con los mismos interés y principios, o a una ideología determinada, es solo una cosa, una estructura a través de la cual obtener poder, y dentro de ella conviven millones de individuos con ideologías opuestas y objetivos opuestos) Ese aparato, se ha usado en los 90 para profundizar la avanzada neoliberal, iniciada por Martínez de Hoz, y hoy totalmente a la inversa, gran parte de esa misma estructura, sale a defender “el Modelo Nacional y Popular” porque la opción del kirchnerismo les permite seguir estando ahí, cerca, o dentro, del gobierno, y no perder poder. Aunque lejos estén de compartir esos ideales.
Pero como es de esperarse, el aparato no es creativo, el aparato no es revolucionario, ni mucho menos se identificará realmente con un modelo, porque eso le impediría seguir mutando cada vez que fuera necesario. Episodios como el que protagonizaron Elio “Pinocho” Romero y Mario “Loro” Garramone, con la presunta malversación de sueldos del plan Argentina Trabaja, son una prueba de cómo las viejas mañas no se van solas y que no hay proyecto nacional y popular que ablande el corazón de los que tienen intereses claramente definidos en el partido de gobierno, que es en realidad una estructura de poder.
En este contexto la juventud representa para esa estructura “una amenaza”
Y es que, para el Aparato, la juventud tiene pros y contras: Los puntos a favor, son en resumidas cuentas, que la mayoría los jóvenes militan gratis, y que además tienen mucha energía. El contra más preocupante para esa estructura ajironada en el poder, es que también, el ejército de escolares, viene acompañado de una cierta naturaleza transgresora, que ningún orden establecido pretende potenciar si quiere seguir permaneciendo en el poder.
Durante años, fue suficiente con cerrarles la puerta a los jóvenes, decirles que no tenían edad para opinar, que eran muy pibes, etc. Pero ahora ya no pueden decir eso, pues, sería el antagonismo explicito con lo que propone el gobierno nacional: Entonces la “solución” es cosificar a los jóvenes, capturar su subjetividad, maniatar sus divagues de reforma y revolución, porque, ante todo, para el Aparato, los jóvenes son un potencial adversario.
El resultado de esta ecuación es; como dijo alguna vez Salvador Allende, que “hay jóvenes viejos y viejos jóvenes”: “Viejos jóvenes” son los que ya peinando canas conservan la naturaleza transgresora, el fuego de la inquietud de cambio. Y “jóvenes viejos”; son los que saliendo apenas del secundario, se resisten al cambio y solo esperan o tratan de acomodarse a lo establecido.
Y el punto es que se puede profundizar el modelo con “viejos jóvenes” (mientras la salud se los permita), pero no se puede hacer lo propio con “jóvenes viejos”, es decir; con una juventud sin creatividad, una juventud que está muerta. Y otra vez, el punto es, que nadie excepto la propia juventud, será motor de su desarrollo, de la independencia de su subjetividad, y de ninguna otra parte, puede surgir su principal capital político: la convicción en sus propios ideales y fundamentalmente el disgusto ente la injusticia. Sin eso, serán solo otro burócrata más.
El punto es; que esa juventud se está avejentando adrede, cuando se la moldea para defender los intereses de un dirigente al que -a pesar de que llamen “conductor natural”- lo cierto es que no hay nada más lejano a la figura del conductor natural, que un funcionario que pone el dinero para el asado y las remeras, y promete un cargo público para comprar militancia. Eso es entender a los jóvenes como cosa y lograr cosificar su militancia.
El verdadero conductor natural, surge de la masa, porque tiene cualidades de líder, no se puede fabricar un conductor natural, para conseguirlo hay que formar a miles, porque puede estar en cualquier parte. Los otros son solo “conductores de billetera”
Por supuesto que las generalidades siempre son injustas, y hay muchas agrupaciones, que no presentan este esquema, pero las que funcionan de esta manera, son justamente las que tienen mayor posibilidad de ubicar a mediano plazo a sus dirigentes juveniles en un espacio de poder, cubriendo así la demanda de la juventud, con jóvenes que en realidad piensan como viejos, y que no son más que una herramienta de su referente.
De esta forma los cargos que fueron otorgados a la juventud en realidad no fueron para la juventud sino para algunos jóvenes que no representan los intereses de la juventud sino los de sus dirigentes. Es por eso que los dirigentes de la juventud solo pueden surgir de la propia juventud, y esta debe elegir a sus representantes creativamente.
Sobre juventud si han escrito -y mucho- los autores, he aquí algunas frases interesantes:
“LA JUVENTUD TIENE SU LUCHA, QUE ES DERRIBAR A LAS OLIGARQUÍAS ENTREGADORAS, A LOS CONDUCTORES QUE DESORIENTAN Y A LOS INTERESES EXTRAÑOS QUE NOS EXPLOTAN.”
(Arturo Jauretche)
“JUVENTUD SIN REBELDÍA ES SERVIDUMBRE PRECOZ”
(José Ingenieros)
“JUVENTUD NO ES LA DEL QUE TIENE VEINTE AÑOS. JOVEN ES AQUEL QUE SE CONMUEVE ANTE CUALQUIER INJUSTICIA EN EL MUNDO”
(Juan Gris)
“LA JUVENTUD TIENE QUE CREAR. UNA JUVENTUD QUE NO CREA ES UNA ANOMALÍA REALMENTE”
(Ernesto “Che” Guevara)
«ESE ES EL MAL DE NUESTRA GENTE. NO SE HACE POLÍTICA DE IDEAS Y CONDUCTA, SINO POLÍTICA DE PERSONAS».
(John William Coock)