Según refiere la fuerza, hasta que no se realizó la tomografía computada, los operadores desconocían de lo que pudo ocurrirle al paciente, y las circunstancias hacían suponer que solo se trataba de una persona «pasada de copas», pero una vez en el nosocomio, los médicos -al percatarse de su delicado estado de salud y dado que sus signos vitales estaban muy debilitados- lo someten a una tomografía computada, donde advierten la existencia de un pequeño orificio en la región occipital, provocado por un proyectil de arma de fuego, lo que motivó su derivación a la unidad de cuidados intensivos con asistencia respiratoria mecánica, donde lamentablemente horas más tarde, alrededor de las 13:50 horas, murió producto de las lesiones padecidas. La víctima, se llamaba Leonardo Alejandro Luna, tenía 22 años y vivía en inmediaciones de calle 57 y Cordoba.
No se tienen precisiones de los motivos de la violenta agresión recibida; la Policía dio inicio a tareas investigativas tendientes al esclarecimiento del hecho, pudiendo determinar que el autor del crimen seria un menor de edad, con el cual tiene una relación tensa desde hace un tiempo, no obstante ello se siguen recolectando pruebas para determinar fehacientemente cual es el verdadero móvil del hecho de sangre, ya que hay dos hipótesis