Las palabras de Irigoyen surgen a partir del pedido realizado -con fecha 18/11/05- por el Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Argentina, Atilio Savino y por el Ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente del Uruguay, Mariana Arana, al Director Regional de PNUMA para América Latina y el Caribe, Ricardo Sánchez, para que ese organismo preste colaboración técnica en materia de “Evaluación y Control Ambiental de Industrias Forestales”.
El intendente de Gualeguaychú señaló que “si bien no resulta del todo claro dicho pedido de asistencia, creemos que como primera medida, el Uruguay debería paralizar la construcción de las plantas de celulosa, como un gesto de buena voluntad primario para cualquier tipo de diálogo maduro”.
Sobre este tema, Irigoyen si bien ratificó su postura terminante en contra de la instalación de dichas plantas, se mostró cauto a la hora de analizar específicamente este hecho ya que reconoció no tener “demasiados elementos, pero en definitiva toda acción desarrollada desde el gobierno argentino tendiente a encontrar una solución será seguida con atención por nosotros, pero recordamos que nuestra postura, emparentada en un todo con la de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú es firme y clara: no a la instalación de las pasteras”.
En este sentido, Irigoyen destacó esta lucha como “la lucha de todo un pueblo, no sujeta a ninguna acción especulativa, solamente forjada por el convencimiento de ser partidarios irrenunciables de un desarrollo sustentable, que compatibilice el crecimiento económico, la equidad social y el respeto por el medio ambiente”.