Es importante concientizar de que el uso enfermedades o síndromes de cualquier tipo como un descalificativo, a modo de burla e insulto, no solo incurren en un acto discriminatorio y constituyen un delito, sino que también representan un acto de crueldad que provoca dolor. En este caso, la situación se ve agravada por el hecho de que la persona que incurre en esta práctica es un legislador, una figura pública que al expresar dichas palabras provoca un impacto mayor que el de cualquier otro ciudadano.
Por este motivo, hemos decidido presentarnos ante las autoridades competentes para radicar la denuncia por discriminación, esperando que se concrete así un ámbito que le permita al diputado provincial Alejandro Bahler retractarse y reflexionar sobre la discriminación en general y sobre el autismo en particular.
Recordamos que la discriminación a las personas con autismo es una violación de los derechos humanos, y así lo establece la ONU y el conjunto de tratados internacionales a los cuales adhiere la República Argentina.
El autismo es una discapacidad que abarca los Trastornos del Espectro Autista (TEA), que son una gama de trastornos complejos del neurodesarrollo caracterizados por impedimentos sociales, dificultades en la comunicación, patrones de conductas, estereotipos restringidos y repetitivos. El trastorno autista, a veces llamado autismo clásico, es la forma común de mencionar el trastorno, pero existen otras formas dentro del espectro como el Síndrome de Asperger, Síndrome de Rett, el Trastorno Desintegrativo de la Niñez y el Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) No Especificado. A su vez, existen diversos grados de autismo, lo que transforma a cada caso en único e irrepetible.
Cristina Ponce, directora del Instituto Provincial de Discapacidad (Iprodi)
Martín Neme, coordinador de Gestión del Instituto Provincial de Discapacidad (Iprodi)