Claudia, una docente, esperaba para sacar una orden para el odontólogo y tenía el número 071. La cola iba por el 940 y quienes recién llegaba podían sacar del 120 en adelante. “Faltan más de 100 números”, precisó. Eran las 11:15 y estaba esperando desde las 10 de la mañana. “Lo que no entiendo es que si adentro hay cuatro personas atendiendo, porque hay tanta demora; eso es lo que uno no se explica”, indicó.
La docente contó que la semana pasada se ordenaban por fila. “Recién vino un hombre diciendo que si era por orden iban a hacer otra fila para ir acelerando”, expresó un tanto desconcertada.
Otra docente, María del Carmen, acudió al Iosper esperando ser atendida por el médico de Iosper pero no estaba. “Atiende hasta las 11 nomás, así que tengo que volver mañana”, expresó. Ayer le habían manifestado que atiende desde las 8:30 hasta las 14:30 hs., pero ya es la segunda vez que se encuentra con que se retira a las 11.
Parada a su lado se encontraba Elisa, otra docente, quien había llegado a la delegación a las 8.30 hs. “Saqué el número y me tocó el 976, iba en el 808. Así que desde las 8.30 que estoy esperando”, indicó. El reloj marcaba las 11:20. “Hace casi tres horas que estoy y todavía me queda porque va en el 949”, indicó.
Hasta las 9.30, sólo dos personas se encargaba de atender la cola. A esa hora, llegaron dos empleados más. “Se ve que llamaron a personas que estaban de licencia y abrieron otra oficina donde sacan únicamente una orden para médicos”, expresó Elisa. María del Carmen sostuvo que hace poco debió esperar una hora y media para que la atiendan. “Me explicaron que el personal está de licencia y que no atienden a la tarde. Atienden de corrido hasta las 14.30 hs”, indicó.
El lunes pasado, Elisa llegó y se encontró con una cola de una cuadra. Se fue sin orden porque no podía esperar y tuvo que pagar la consulta como particular a su médico de cabecera. El médico le pidió que se haga análisis y estaba esperando la autorización para poder retirarlos del bioquímico.
Para cualquier afiliado al Iosper, ir a la obra social es sinónimo de perder una mañana entera. La otra opción es pagarle a un médico particular pero: “nos descuentan bastante”, expresó María del Carmen.
