Este martes, 15 afiliados con presbiacusia e hipoacusia recibieron sus audífonos, un dispositivo electrónico que amplifica y cambia el sonido para permitir una mejor comunicación, en una actividad que contó con la presencia del presidente de Iosper, Fernando Cañete, de los directores Viviana Sánchez, Fabián Monzón, Adrián Gómez, Marcelo Pagani y Ricardo Bertonchini, y de trabajadores de la obra social.
El titular de la obra social manifestó que Iosper realiza “un gran esfuerzo para mejorar la calidad de vida de los afiliados” y precisó que en 2014 se entregaron 603 audífonos y en lo que va de 2015 aproximadamente 400, por un valor que supera los 3.000.000 de pesos. Además, agregó que “también se efectúan implantes cocleares a quienes lo necesitan”.
El directivo agregó que lamentablemente, “en algunas oportunidades nos enteramos que hay afiliados que reciben los audífonos y luego no los usan, lo cual es perjudicial para mucha gente que sí los necesita y los utilizaría”.
Acompañado por el Directorio, Cañete compartió con los técnicos del área de Fonoaudiología la entrega simbólica de los audífonos: “queremos decirles que estamos enteramente a disposición de los afiliados, que junto con el Directorio trabajamos para ir mejorando las prestaciones. Iosper busca garantizar la salud de los afiliados, y no el comercio de algunos prestadores”.
Por su parte, el director por los jubilados, Ricardo Bertonchini, valoró la labor del sector de audiología, que “estuvo muy comprometido con este proyecto y con el beneficio concreto que se llevan ustedes”, y señaló que funcionarios y trabajadores del organismo unen esfuerzos para crecer en servicios para los afiliados.
A su turno, Marino Ceballos, afiliado que recibió uno de los audífonos, consideró “muy positivo que podamos mantener este contacto con los directivos de Iosper”, y admitió que la charla con los profesionales del Instituto les servirá para saber que si surge algún desperfecto en los aparatos, o necesitan calibrarlos, pueden concurrir al Instituto donde los asistirán”.
A María Isabel Rodríguez, un implante coclear le cambio la vida. “Me hice el implante hace tres años y medio; entonces escuchaba con un solo oído, y me valía de un audífono, pero cuando fui a consultarle al médico que me atendía, me dijo que tenía una sordera bilateral profunda y severa, y lo que él aconsejaba era un implante coclear”.
En palabras simples, la cóclea es la estructura que transforma las vibraciones del sonido en los impulsos nerviosos que recibe el cerebro. El implante saltea todo daño estructural y estimula directamente el nervio que facilita la audición. “Me cambió la vida, y no podría estar hablando con nadie si no lo tuviera. El Iosper se hizo cargo de todo, y además me cubre el valor de las pilas, y la calibración, casi en su totalidad”.