Tal como señalábamos con el caso de la “A” la menor de 12 años que declaró que vivía y se prostituía por su cuenta en la calle.
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El caso del menor detenido junto a “Romerito” ayer por la mañana, revela la fragilidad y el desamparo de chicos que crecen sin tutela. Casos en los que el Estado no puede articular con las familias porque estas no existen, o están terriblemente disgregadas. Se trata en la mayor parte de los casos, en la herencia del neoliberalismo, donde el desempleo, la exclusión y la marginación, dejaron heridas profundas en el tejido social, que no se revierten simplemente con el crecimiento económico del país, pero en otros casos simplemente obedece a conflictos familiares o de violencia, por los que un niño escapa de su casa, y desde ese momento se queda solo.
En diálogo con DIARIOJUNIO, el coordinador del COPNAF (Consejo Provincial del Niño, el adolescente y la Familia) Fernando Rouger, señaló que “este chico vivía con la abuela porque sus padres viven en Corrientes, ayer se estuvo trabajando mucho con él porque el procedimiento establece que si es menor inimputable y comete un delito, queda en la comisaría y lo tiene que ir a buscar un familiar, pero la abuela no quería hacerse cargo, así que hoy estamos trabajando para ver si la abuela se va a hacer cargo o no”
Según precisó el funcionario, el chico “estaba en situación de calle con un pedido de localización de la madre, hecho en Corrientes, entonces se está evaluando si se lo ingresa a una residencia, si vuelve con la abuela o si lo trasladamos hasta Corrientes con la madre. Para eso tenemos que comunicarnos con la madre y con los organismos correspondientes en esa provincia”
Consultado respecto de la cantidad de casos de chicos en situación de calle, que hay en Concordia, Rouger señaló que “no son muchos pero si son casos muy complejos, como siempre digo; son casos extraordinarios y hay que buscar una forma extraordinaria para resolverlos, porque esto está directamente relacionado con la exclusión social y ahí va de la mano de la educación, de Salud, de todos los organismos.
ROMERITO
El caso de “Romerito” es bien distinto, ya que no es un menor que esté en situación de calle y por el contrario tiene dos familias. Según precisó Rouger, el chico de 16 años que por estas horas está imputado por el delito de Robo calificado por escalamiento, fue adoptado cuando era mas pequeño pero luego su madre biológica reclamó nuevamente la tenencia, lo que generó una situación similar a la que se produce con padres separados. El chico alterna entre la casa de su madre adoptiva y la de su madre biológica, pero las posibilidades del COPNAF de poder coordinar medidas de contención solo están dadas con la familia adoptiva.
Para el funcionario el contexto familiar de este chico es complejo y favorece más a que él siga delinquiendo, porque se compone de familiares con condenas y antecedentes policiales, y la excelente relación con el abogado Osvaldo Sarli, que oficia de defensor de todos sus hermanos generando una atmósfera de defensa preestablecida, que genera la idea de impunidad, máxime en un menor de edad.
En este sentido, por supuesto que no se puede acusar a un defensor por ejercer su oficio, pero lo concreto es que esta realidad genera más garantías para que el chico siga delinquiendo que para lograr una inserción armoniosa de éste con la sociedad.
Al respecto de la medida que ahora la justicia pretende tomar, Rouger señaló que “Ya en otra oportunidad la justicia había tomado esta medida, fue después de una serie de hechos en los que estaba imputado este chico y corría peligro su vida. En ese momento se tomó una medida de protección basada en el derecho a la vida, se tomó la medida y en ese momento también el abogado presentó un Habeas Corpus que también fue denegado”
Según refiere el coordinador de Copnaf, “el nene fue adoptado en su momento cuando era chico, pero después se presentó la madre biológica, que ya para ese entonces no tenía la patria potestad porque legalmente la tienen los padres adoptivos; y el nene hoy está saltando de un hogar al otro: este chico fue adoptado por una madre que colabora mucho con el Copnaf y trata de incluirlo a este chico, pero él por ahí se va con la madre biológica, donde el contexto es complicado porque sus hermanos ya tienen causas penales”
Sin dudas el panorama no es nada sencillo y máxime si reconocemos el rol que pueden jugar allí los sentimientos de afecto lógicos que se pueden esperar en este tipo de casos.
Sin embargo, Rouger es tajante al señalar que para el Estado, nada bueno puede salir del vínculo con su familia biológica, y la acción del organismo es en la dirección de fortalecer el vínculo del chico con su familia adoptiva.
Porque detrás de cada pibe que roba o que se prostituye, o vende diarios en la calle, hay una historia, y a menudo oímos discursos de mano dura que parecen fundamentarse en la inexistencia de esas historias, en la negación de la humanidad el menor que delinque, es que vale la pena conocer los pormenores de estas cortas vidas, de estas experiencias que van configurando la identidad y personalidad, gustos y disgustos, intereses y valores de chicos muy chiquitos que están por su cuenta a la buena de Dios.
Por estas horas, la justicia debate acerca de la internación de “Romerito” y para el fiscal de la Causa esta medida es por su bien, e incluso por su vida, ya que varios vecinos de la zona intentaron agredirlo. Pero su abogado defensor no opina lo mismo, y sostiene el reclamo de libertad del muchacho.
Lo que podemos advertir, es que la fiscalía en este caso en particular viene demostrando un interés real en recuperar a este chico en lugar de simplemente castigarlo, aunque quedan claras cuales son las deficiencias del sistema de contención que, para casos como estos, no tiene como actuar. Y es que todos los planes de niñez están basados en la familia como garante inmediato de sus derechos y como institución primaria con la cual articular medidas. Pero para algunos chicos esa institución no existe o es incapaz de cumplir ese rol.
Según Rouger, “lo que nos cuenta la familia adoptiva es que lo contenía, el chico iba a la escuela y cuando se sintió presionado o cuando le pusieron limites, empezó a vincularse mas con la familia biológica, nosotros lo que tratamos de hacer es trabajar con la familia adoptiva que es la familia que responde y está a disposición del COPNAF para sacarlo adelante”
Como ya lo había adelantado ayer DIARIOJUNIO, el funcionario volvió a señalar que cuando “Romerito” estuvo internado en Victoria, se adaptó formidablemente y concurría a la escuela sin problemas, lógicamente allí no volvió a cometer delitos ni registró mal comportamiento, pero una vez que regresó al contexto antes mencionado, volvió a aparecer en las crónicas policiales de los diarios.
Solo que ahora ya no es un menor inimputable, y si reincide terminará en prisión. Donde el contexto es aún mas complicado, y la reinserción social mucho mas difícil.
Esa situación nos lleva a otro caso que DIARIOUNIO trató y analizó, el de Marcos Aguirre, que hoy sigue preso por no contar con un organismo donde pudiera rehabilitarse.
Ver informe: http://diariojunio.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=44898
