En principio la proximidad del establecimiento a la pastera Botnia hizo pensar a las autoridades que los pájaros habían muerto a causa de una supuesta contaminación producida por la planta finlandesa. Sin embargo, técnicos de la Dirección Provincial de Medio Ambiente, del Senasa y de la Comisión de Vigilancia Ambiental de Gualeguaychú comprobaron que las aves fueron envenenadas con un sebo tóxico por algún agricultor.
Entre los pájaros muertos se encontraron cardenales, especie muy amenazada, chingolos, palomas, mulatas, zorzales y calandrias.
Según informaron los colegas de el diario El Día la mayor cantidad de aves muertas se encontró en cercanías de un campo que había sido plantado con girasol y cuyo propietario está siendo investigado. Los Guardafaunas consultados suponen que sobre el campo plantado, el agricultor pudo haber esparcido trigo envenenado para evitar que palomas y loros se coman el cultivo, los técnicos estudiaban el tipo de sebo tóxico utilizado que provocó tamaña mortandad.