“Magnitud y significación económica de la fuga de capitales en Argentina”
En su introducción los investigadores de la UNER explican el significado real de la fuga y lo dicen así : “En términos generales, la noción de “fuga de capitales”, aunque admite diversas definiciones, evoca la idea de una sustracción improductiva de divisas del circuito económico de un país, que impide destinarlas al crecimiento y la generación de empleo.
Cuando un argentino, por caso, compra dólares para atesorar en su caja fuerte y/o para adquirir activos financieros en el exterior, lo que hace es extraer de la actividad económica nacional esas divisas y brindar financiamiento al resto del mundo (recordemos que mantener dólares atesorados es un modo de financiar a los Estados Unidos, mediante la demanda de su dinero). Por tanto, en esa circunstancia, la Argentina pierde capacidad de pago internacional (dólares), que podrían destinarse a importaciones de insumos y/o bienes de capital. Vale decir, la fuga de capitales expresa, en última instancia, un índice de potencial económico no utilizado, de oportunidades perdidas por la economía vernácula.
LA FUGA
Conforme las fuentes mencionadas, la fuga de capitales en la economía Argentina durante el lapso 2008-2019 superó los 170 mil millones de dólares, con un pico en el período 2016-2019, en el cual excedió los 85 mil millones de dólares. El método del balance cambiario permite apreciar, asimismo, que la salida de capitales por el mercado libre y único de cambios (MULC) se redujo significativamente en el lapso 2012-15, producto de la instalación del control de cambios. Luego, a partir de fines de 2015, se inicia una liberalización del mercado de cambios, lo cual favorece la compra de dólares para formación de activos externos (hasta la reinstalación del control de cambios). En cinco de los doce años considerados, la salida de capitales superó los 20 mil millones de dólares (2008, 2011, 2017, 2018 y 2019).
EL DAÑO DE LA FUGA EN TIEMPOS DE RECESIÓN ECONÓMICA
Ahora bien, en términos económicos, es interesante examinar la fuga de capitales en relación al saldo de la cuenta corriente del balance de pagos (capacidad de generar divisas genuinas), y al estado de la economía en general. Es decir, no es lo mismo la fuga de capitales en un escenario de expansión económica con superávit en la cuenta corriente –donde incluso la salida de divisas puede sostenerse sin endeudamiento externo–, que en un entorno donde la cuenta corriente es deficitaria y la economía se encuentra estancada o en recesión, lo que suele redundar en la peor de las situaciones: fuga de capitales con endeudamiento. Claramente, en el lapso 2012-2015 comenzó a darse la situación de estancamiento económico con fuga de capitales (limitada por el control de cambios), déficit corriente y cierto endeudamiento.
No obstante, en la última etapa –con la liberación del llamado “cepo cambiario”– esta realidad alcanzó su máxima expresión: ochenta y seis mil millones de dólares fugados en el lapso 2016-2019, con un déficit corriente (del balance cambiario) de treinta y siete mil quinientos millones de dólares y un aumento de la deuda externa en ciento nueve mil millones de dólares, todo en un escenario de caída del PBI promedio.
QUIENES Y CUANTOS SON LOS QUE COMPRAN DOLARES ??
En tal sentido, tomando los últimos tres años (2017/19), la información del Banco Central indica que mensualmente se adquieren, en términos netos, alrededor de 1.500 millones de dólares billetes en el mercado de cambios (MULC) para formación de activos externos.
En cuanto a la población, cada mes acuden al MULC aproximadamente un millón de “personas humanas” –para diferenciarlas de las “personas jurídicas”–, cantidad que ha ido aumentando en los últimos años: mientras que en 2017 en promedio mensual acudieron alrededor de 900 mil personas, en 2018 dicho promedio se ubicó cerca del millón, mientras que en 2019 se acercó a 1,2 millones de personas, con un pico en el mes de octubre de 2019 donde 2,5 millones de personas compraron dólares billetes en el mercado de cambios (informes de Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario del BCRA).
Considerando que la población mayor de 18 años de Argentina ronda los 32 millones de personas, según las proyecciones de INDEC, tenemos que mensualmente participan del mercado cambiario solo el 3% de la misma (lo que no significa, obviamente, que sean siempre las mismas).
Afirman además en cuanto a las características de los compradores que “En este sentido, la fuga de capitales por dólar billete se observa como un fenómeno concentrado en una pequeña porción de la población, la que se compone principalmente de hombres de edad entre 30 y 70 años.
Por otra parte, las operaciones presentan un alto grado de concentración. Durante la primera mitad del año 2019, por caso, las personas que realizaban compras mensuales superiores a los 5.000 dólares representaron apenas entre el 4% y 5% del total de compradores, pero los montos operados por este estrato explicó entre el 45% y el 50% del total adquirido en cada mes.
Es decir, la compra mensual de unas 50.000 personas representó el 50% de la fuga de capitales por dólares billetes