No es la primera vez que se denuncian casos de intoxicación en personas que viven en las zonas rurales entrerrianas. Es más, uno de ellos fue el médico y senador provincial del justicialismo, Eduardo Melchiori, quien confirmó que “al otro día de la fumigación” que se había realizado en la zona conocida como El Sauce y Perdices, en el departamento Gualeguaychú, 15 personas fueron atendidas con síntomas de dolor de cabeza, vómitos y mareos.
Si bien en aquel entonces, y también ahora, se desconoce qué tipo de químicos se utilizaron y se utilizan, los controles brillan por su ausencia y toda iniciativa que surge para regular esta situación, queda en un mero anuncio.
Los organismos de control no desconocen esta situación, pero muchas veces justifican que las fumigaciones se hacen en horarios nocturnos, por lo que se hace imposible vigilar e inspeccionar qué tipo de productos se están utilizando o si respetan los requisitos exigidos.
En Rosario del Tala, según confirmó a EL DIARIO el periodista Fernando Gervasoni quien recibió las denuncias de los oyentes en la radio, son más de 17 las personas que presentarían síntomas, a causas de los plaguicidas utilizados y hay cuatro denuncias efectuadas en el Juzgado de esa ciudad.
En uno de los llamados realizados a la emisora, Silvia Frigo, directora de la Escuela Juan José Paso, relató que poco después de que una avioneta fumigadora arrojara plaguicidas por los alrededores del establecimiento educativo y sobre una de las viviendas, ella y tres alumnos comenzaron con erupciones en distintas partes del cuerpo, mientras que otros dos alumnos y un hermanito de seis meses sufrieron bronco espasmos.
El caso más grave conocido hasta ahora en Rosario del Tala, es el de un bebé que nació sin los dedos de su pie, tiene problemas en los testículos e insuficiencia renal crónica. Según el relato de Maricel Bogao, a los medios locales, todas las sospechas sobre las afecciones que padece su hijo Axel, apuntan a los plaguicidas. Su esposo trabaja en el campo y aplica agroquímicos a las siembras. “Cuando estaba embarazada, las ecografías mostraban al bebé con dos manchas negras que resultaron ser los riñones llenos de líquido. A raíz de esta complicación lo primero que me preguntaron los médicos fue si mi marido alguna vez estuvo expuesto a plaguicidas”, recordó la mujer.
Sin embargo, esa teoría fue rebatida por el médico Gastón Paltengui, quien aseguró que “el varón que estuvo expuesto a tóxicos no influye sobre el embarazo de su mujer”, pero sí opinó que “las embarazadas expuestas directamente al producto y sus hijos pueden presentar problemas neurológicos, urinarios y malformaciones en los miembros”.
Como dato revelador, el profesional de la salud, dijo estar asombrado por el incremento de pacientes con problemas respiratorios y dermatológicas, que podrían adjudicarse las causales a la aplicación de plaguicidas.
Los síntomas más comunes son irritación en los ojos, renorrea y cuadro asfíctico. Como dato, en el último mes, reveló el médico, se atendieron unas 15 consultas diarias y de ese total el 50 % de los pacientes son empleados rurales que no tienen las medidas de protección básica.