Insólito: Yedro resiste el desalojo

Mario Yedro se muestra dispuesto a retrasar cuanto más pueda su ida del campo de 2.164 hectáreas, ubicado en el departamento Tala, que la Justicia le decomisó en 2005 como parte de una sentencia en su contra por el delito de enriquecimiento ilícito.
El 13 de mayo la jueza de Instrucción de Rosario del Tala, Virginia Ríos, aceptó darle un plazo de 60 días para que pudiera sacar todas sus pertenencias y los animales allí alojados, y una vez cumplidos esos trámites, ordenó que el campo pasara sin más a propiedad del Estado provincial, tal como había ordenado ya un tribunal en 2005.
Los dos meses pasaron, y Yedro no se ocupó ni de desalojar el predio ni tampoco de reubicar sus animales. Enterada de esa situación, la magistrada firmó un nuevo dictamen el 13 de julio en el que ordenó el desalojo sin más trámite, aunque como todavía permanecían animales del ex senador adentro de la chacra, puso a la Policía como custodia de esos bienes, y en la tarea de contar animal por animal. Luego, el ex legislador debía arbitrar los medios para irse con todas sus pertenencias. Pero nada de eso pasó.
Los efectivos policiales designados cumplieron con la tarea: establecieron que adentro del campo que supo ser del ex senador provincial hay un total de 1.189 cabezas, entre vacas, terneras, toros, novillos, equinos, bovinos y chivos. Pero la sorpresa mayúscula fue que, concluida esa labor, la Justicia no puede todavía lograr que Yedro abandone por completo el campo. Los animales siguen adentro, y también sus empleados.

La historia es, a esta altura, inverosímil y se parece bastante a una comedia de enredos.
El 22 de diciembre de 2006, la Sala Penal de la Cámara de Apelaciones de Concordia condenó a Yedro a una pena de 3 años de prisión en forma condicional, una multa de 90.000 pesos, la inhabilitación por el término de 10 años para ejercer cargos públicos y el decomiso de un campo de más de 2.100 hectáreas que estaría valuado hoy en 7,5 millones de dólares, ubicado en Raíces Norte, departamento Tala.
El traslado del dominio de ese campo de manos del ex senador a propiedad del Estado siguió un camino tortuoso. Recién en 2008 la Fiscalía de Estado tomó efectiva posesión del campo, aunque no bien los funcionarios pusieron pie en el predio, se enfrentaron a la dura batalla judicial de su ex dueño.
El campo de Raíces Norte había sido incorporado al patrimonio del ex legislador justicialista a través de la sociedad Delrubio & Hunmendi, de la que participaba junto a su ex esposa, Silvia Torres.
En 2010 Yedro empezó a batallar para conseguir que la Justicia revocara un fallo ya confirmado por el Superior Tribunal de Justicia (STJ), y pidió lisa y llanamente la devolución del campo. Argumentó entonces que el decomiso fue ilegítimo, por cuanto la condena por enriquecimiento ilícito recayó sobre el “socio gerente” de Delrubio y Hunmendi SRL, y no sobre la sociedad propietaria del campo, lo que convirtió a sus socios en “terceros no responsables”.
La sociedad está integrada, además de Yedro, por sus hijas, Fátima, Luciana y Lara, quienes pasaron a formar parte en 2003, tras la separación del ex legislador de su esposa. Pero esa pretensión chocó con una negativa de los tribunales talenses, adonde se presentó el escrito.

Yedro fue concejal justicialista de Concordia al inicio de la democracia, y luego senador provincial durante dos períodos, entre 1987 y 1991, y entre 1996 y 1999. Fue precisamente en ese tiempo cuando el patrimonio del ex legislador creció de modo llamativo.
Durante las audiencias del juicio que concluyó en la condena del ex senador provincial el fiscal de la Cámara que lo condenó, Carlos Larrarte, planteó en su acusación: “Se encuentra probado en autos que el doctor Mario Alberto Yedro, tras asumir como senador en 1995, y mientras permaneció en dicha función hasta diciembre del 99, incrementó apreciablemente su patrimonio y el de su conyugue en la suma de 1.000.000 de pesos-dólares”. Y que mientras fue legislador, entre esos años, no pudo haber tenido una capacidad de ahorro mayor a los 109 mil pesos.
Seis años después de la condena que dictara la Justicia, todavía sigue en veremos el desalojo de ese campo que un tribunal dispuso que pasara a propiedad del Estado provincial. A mediados de mayo último la jueza Ríos accedió a otorgarle un plazo de 60 días para que Yedro pudiera cumplir con el desalojo ordenado varias veces. El 2 de ese mismo mes ya le había permitido posponer diez días más el desalojo, y cuando ese plazo se cumplió, volvió a otorgarle dos meses más. Aunque cumplido ese lapso, y habiendo transcurrido un mes más, la magistrado no ha logrado que la sentencia que firmó se haga efectiva.
El fiscal de Estado, Julio Rodríguez Signes, dijo que se está frente a una actitud renuente de parte de Yedro a cumplir con una sentencia judicial, por lo que ahora se espera que el próximo paso lo dé la jueza Ríos.

La Policía, siguiendo precisas instrucciones de la Justicia, se metió al campo ubicado en Raíces Norte, departamento Tala, y cumplió con la tarea de contar cuántos animales tiene Yedro alojados en terreno ajeno.
El detalle es el siguiente:
818 vacas
36 terneras
39 toros
110 vaquillas
1 novillo
70 equinos
13 búfalos
70 bovinos
32 chivos
En total, 1.189 cabezas.
Un informe oficial que cita reportes policiales indica que “los mencionados animales se encuentran separados en distintos potreros, y conjuntamente con los empleados del campo y con la presencia del mismísimo Mario Yedro procedieron al recuento de los mismos”.
En el campo decomisado, que en teoría está en poder del Estado entrerriano, también existe gran cantidad de maquinarias pesadas, como así también se encuentran prestando servicios los empleados de Yedro en el campo, “lo cual hace suponer que no han dado cumplimiento al desalojo ordenado”.
Fuente: El Diario

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