El animal deambulaba por techos y patios de las viviendas lindantes al local. Si bien el primate no representaba peligro alguno, el desconocimiento generó temor en los vecinos.
Tras percibir la ausencia del animal, y ante la imposibilidad de capturarlo por sus propios medios, los propietarios del mismo llamaron al Cuartel de Bomberos. Un grupo de voluntarios se hizo presente en el lugar para –luego de seguirlos por los techos por una hora- enlazarlo del cuello cuando se hallaba colgado de una estructura metálica del taller mecánico.
El simio fue llevado al Cuartel de Bomberos, ya que la persona encargada del mismo no poseía ningún papel que acredite su propiedad. Horas después, un veterinario constató que el estado de salud del mono era bueno y que debía ser entregado a la autoridad de Fauna pertinente.
Por ello, el dueño del mono debió firmar un acta donde asumía la responsabilidad de mantenerlo en custodia hasta tanto sea entregado a las autoridades correspondientes.
Pero al momento de querer llevárselo, el simio volvió a escaparse, esta vez en inmediaciones del Cuartel de Bomberos y nuevamente se puso a deambular por techos y árboles. Minutos después, un empleado del taller mecánico de donde había huido por primera vez, logró recapturarlo.
El animal -de unos 5 años de edad- le fue entregado “en guarda” a la persona identificada como su dueño, hasta que el organismo correspondiente se haga cargo.
Según la información proporcionada por el profesional veterinario que lo observó, el primate –originario de la zona de Misiones- es inofensivo ya que fue criado en jaula. Incluso, si la intención es devolverlo a la selva, no se lo puede soltar allí inmediatamente ya que no sabe como defenderse. En tanto la persona que lo posee, es pasible de multas o juicios, más aún cuando no posee ningún tipo de documentación del animal.