El viernes, a las 6:50 de la mañana, Trinidad, luego de dejar el auto en el patio delantero interno del nosocomio, se disponía a ingresar por la guardia ubicada por Scattini. En ese momento, se topó con un hombre que simulaba el ir a atenderse a la guardia. A cara descubierta la empujó y le quitó la cartera donde guardaba documentación personal. “Quiero destacar la parte policial que en cuestión de segundos estaban ahí para ver si podíamos localizarlo al malhechor”, dijo Trinidad. El hombre se dirigió hacia calle Urquiza, atravesó las vías, saltó un muro y se perdió de vista.
La empleada recalcó que hasta hace unos meses había un efectivo en la guardia de Scattini mientras otro hacía un recorrido de las instalaciones desde el ingreso por Entre Ríos hasta Urquiza. “A mí me gustaría saber por qué no contamos más con la policía”, se preguntó la mujer. “Usted imaginese que le roban en la puerta del hospital, es como que uno se siente indefenso”, manifestó.
“Como trabajadora lo único que quiero es la seguridad laboral. Es la seguridad de que voy a trabajar y sepa que no te va a interceptar nadie y te va a manotear una cartera, que te pegue o lo que sea, cualquier cosa”, señaló Trinidad.
Los empleados enviarán una nota al director del nosocomio, Carlos Vallejos, para saber que hará al respecto. “Queremos saber que solución nos puede dar el director”, indicó. Además resaltó que, como se termina el verano, anochece más temprano y aclara más tarde. Al ingresar o salir en horas de oscuridad, el temor se hace palpable porque “no anda nadie”. “Si hubiera policía ahí en el hospital, uno entra a trabajar seguro”, indicó. Y añadió que la policía ronda el nosocomio con vehículos o motos. “Pero lamentablemente esto fue adentro”, señaló.
Un problema externo
“La inseguridad existe en la calle. Hoy el empleado del hospital está bien protegido. Más ahora que se han colocado una serie de cámaras y se ha reforzado la seguridad”, dijo Costen. El delegado aseguró que a la salida del hospital, en la calle, surge el problema de la inseguridad. “La gente sale a trabajar a cierta hora y ahí se produce el problema”, indicó. Costen indicó que se han producido arrebatos de celulares y carteras. “Pero ya te digo, es afuera. La seguridad del hospital no tiene nada que ver”, remarcó.
El delegado aseguró que se ha reforzado el personal apostado a la seguridad interna además de la colocación de cámaras. “Creo que está bien controlado”, acotó. En cambio, afuera: “todos corremos riesgos”. Para Costen, en la zona sur el hospital es una referencia para delinquir dado que ingresan, estimativamente, cerca de 200 personas o más para ser atendidos en los consultorios y las salas. “Siempre hay alguno que anda dando vueltas a ver que es lo que puede sustraer”, mencionó. Desde hace una década se volvieron más asiduos los episodios relacionados con la falta de seguridad en los alrededores del Heras.
Para el empleado, el problema se resuelve con mayor presencia policial en las afueras del hospital. “Como en todas las reparticiones públicas donde ingresa mucha gente. Ahí tendría que estar la preocupación”, mencionó. No obstante, indicó que la Policía no puede apostarse en forma fija dado que hay muchos accesos: la principal por Entre Ríos, la guardia y otro ingreso secundario por Scattini, una salida hacia la vía, un portón que da a la esquina de Entre Ríos. “Es muy difícil controlar”, indicó. La alternativa es un patrullero que ronde con mayor continuidad por la zona.
Costen indicó que los arrebatos no se suelen producir en un horario determinado. “Acá hay distintos horarios, de noche, de tarde, de mañana, hay turnos intermedios. Siempre hay alguno que está esperando el momento”, dijo.
Respecto de la zona de donde presuntamente provienen quienes cometen las fechorías, dijo que en la zona sur hay muchos asentamientos en las riberas del río. “Es muy difícil para la Policía controlarlo”, dijo en referencia a la jurisdicción de la Comisaría 1º.
